La política monetaria sobre los tipos de interés se encuentra en el disparadero. Los rendimientos de los bonos se detuvieron después de las últimas ganancias de la semana pasada, en parte por los datos de inflación suave. Sin embargo, los vemos subiendo poco a poco, reforzando el argumento de que la renta variable se comportará […]
Dirigentes Digital
| 19 jul 2017
La política monetaria sobre los tipos de interés se encuentra en el disparadero. Los rendimientos de los bonos se detuvieron después de las últimas ganancias de la semana pasada, en parte por los datos de inflación suave. Sin embargo, los vemos subiendo poco a poco, reforzando el argumento de que la renta variable se comportará mejor que los bonos próximamente. Para Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión de BlackRock, las expectativas de ajuste monetario subieron globalmente en junio “después de que los mercados interpretaran los comentarios del BCE como positivos”. Esto se reflejó en un fuerte aumento de la brecha entre las rentabilidades de los bonos a cinco y a dos años, “un indicador clave de las expectativas de política monetaria”. Alemania lideró el movimiento más fuerte. ¿Es el comienzo del fin de la política monetaria ultra laxa? El principal catalizador para el cambio de tendencia es el presidente del BCE, Mario Draghi. El máximo responsable de la institución monetaria resalta que es necesario normalizar la política. Draghi dijo que “una postura constante será más acomodaticia”, ya que las condiciones financieras fáciles aceleran la actividad económica. Según Turnilll la inflación en la eurozona se recupera “en medio de un apoyo monetario continuo, una expansión económica mundial sostenida y una mejora de la perspectiva de la Eurozona”. En consecuencia, vemos que el BCE anunció en septiembre que “comenzará a reducir sus compras de activos a partir de 2018”. Así pues, se puede esperar que la prudencia y la paciencia “guíen el proceso del BCE para retirar el estímulo monetario”. Por otro lado, la Fed parece comprometida a normalizar más los tipos de interés e iniciar su reducción del balance este año. La presidenta de la Fed, Janet Yellen, pareció reforzar esta postura la semana pasada en sus declaraciones al congreso estadounidense. Además, el Banco de Canadá la semana pasada subió tipos por primera vez desde 2010 y los mercados esperan otro incremento en octubre. Por ello, Turnill considera que la normalización gradual de la política monetaria y la sostenida expansión económica mundial “apuntan a rendimientos de los bonos globales moderadamente más altos”. Esto apoya su preferencia por las acciones sobre los bonos y su predilección por las estrategias de bottom up y value. Un riesgo para esa visión es que “la normalización de las políticas globales perturbe a los mercados de bonos más de lo que esperamos y los rendimientos de los bonos significativamente más altos socaven el progreso económico y las valoraciones de las acciones”. Aunque lo ve “poco probable”.