Desde que la guerra civil acabase con la derrota de las tropas nacionalistas de Chiang Kai Shek a manos de los comunistas de Mao Zedong, vendedores y vencidos no habían iniciado ningún tipo de relación diplomática. China considera a Taiwán (donde se refugiaron los nacionalistas tras la guerra) como una isla rebelde y no reconoce […]
Dirigentes Digital
| 04 nov 2015
Desde que la guerra civil acabase con la derrota de las tropas nacionalistas de Chiang Kai Shek a manos de los comunistas de Mao Zedong, vendedores y vencidos no habían iniciado ningún tipo de relación diplomática. China considera a Taiwán (donde se refugiaron los nacionalistas tras la guerra) como una isla rebelde y no reconoce al Gobierno del país, por lo que no se espera que se le reciba a Ma como tal en Singapur. Taiwán, por su parte, también considera que ambos países forman parte de uno solo, pero no reconoce como legítimo al Gobierno chino.
Ahora, el Gobierno taiwanés ha anunciado que el próximo sábado se reunirán ambos líderes para "asegurar la paz y el actual statu quo en el estrecho (de Formosa)" en un comunicado. El portavoz del presidente de Taiwán, Charles Chen, ha querido enfatizar en el comunicado que "no se firmará ningún acuerdo ni se hará ninguna declaración conjunta" con motivo de esta sorprendente visita. Según Chen, ambos presidentes "intercambiarán sus puntos de vista sobre cuestiones bilaterales".
Esta histórica reunión llega poco antes de las próximas elecciones en Taiwán (16 de enero) en la que las encuestas apuntan a una derrota del actual Gobierno de Ma (partidario de acercarse a Pekín), lo que podría haber motivado que ocurra ahora el encuentro. China siempre ha defendido que Taiwán forma parte del país, y que no dudaría en utilizar la fuerza para reunificar el territorio.
Mientras tanto, los partidos de la oposición en Taiwán han convocado manifestaciones en el país en señal de protesta por esta reunión.