Es cierto que los mercados financieros aún tienen muchos retos pendientes: la política monetaria de Reserva Federal (Fed) y Banco Central Europeo (BCE); el riesgo político con las elecciones en Estados Unidos como principal exponente, sin olvidar el Brexit y el euroescepticismo del otro lado del Atlántico; la desaceleración de China; la delicada situación de […]
Dirigentes Digital
| 24 oct 2016
Es cierto que los mercados financieros aún tienen muchos retos pendientes: la política monetaria de Reserva Federal (Fed) y Banco Central Europeo (BCE); el riesgo político con las elecciones en Estados Unidos como principal exponente, sin olvidar el Brexit y el euroescepticismo del otro lado del Atlántico; la desaceleración de China; la delicada situación de la banca del Viejo Continente; las turbulencias del petróleo… La lista es larga, pero, como se suele decir, “el vaso puede estar medio lleno o medio vacío”, y si nos posicionamos desde el primer punto de vista también veremos que gran parte del nerviosismo en torno a las decisiones de los bancos centrales ya se ha descontado; que el impacto de los sucesos políticos suele ser temporal; que prácticamente se ha descartado el ‘aterrizaje forzoso’ del gigante asiático; o que un acuerdo sobre la producción de crudo está más cerca que lejos… Quedan ‘deberes por hacer’, pero en un “mundo en el que las previsiones de rentabilidades se sitúan en niveles reducidos”, Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock, cree que “el entorno de reactivación económica que parece estar tomando forma premiará la asunción selectiva de riesgos”. Destaca este experto que, por primera vez en casi cinco años, los precios de producción han subido en China, “una prueba más del repunte del crecimiento y del desvanecimiento de la deflación”. Por tanto, afirma: “Los cambios económicos estructurales deberían mantener los rendimientos de los bonos en niveles moderados durante varios años. Esto debería incrementar en términos relativos el atractivo de los activos de riesgo, como la deuda de mercados emergentes y la renta variable global”. Coincide Capital Economics al mostrarse “optimista” con las perspectivas de la mayor parte de los activos de riesgo. Reconocen estos analistas que Wall Street se encuentra en niveles récord y le será más difícil avanzar, pero “Japón y Europa son susceptibles de beneficiarse de la debilidad de sus divisas” cuando se ensanche la brecha de las políticas monetarias entre estas tres regiones. “En general, los mercados emergentes probablemente seguirán superando a los desarrollados”, añaden. Más elocuente, Peter Garnry, jefe de estrategia en renta variable de Saxo Bank, cree que “el mercado alcista en el que estamos inmersos es prácticamente un parásito, no podemos deshacernos de él. No importa que evento de riesgo tengamos en frente (Brexit, la ralentización de China, tipos de interés negativos, crisis bancaria en Europa, crisis de los mercados emergentes, caída del precio del crudo, conflictos geopolíticos…), el mercado alcista siempre parece conseguir tocar nuevos máximos históricos”. Así, aunque ante la decisión de tipos de la Fed y las elecciones estadounidenses, reconocen que se adentran en el cuarto trimestre con cautela, también apuntan que “teniendo en cuenta que nuestro modelo que sigue las tendencias nos está dando señales largas en la mayoría de los mercados de acciones clave (…) recomendamos posiciones largas netas de las acciones en el cuarto trimestre, pero los inversores deberían estar preparados para ser flexibles”. Con nombre propio declara que apuestan “fuertemente por las aseguradoras europeas (…) nuestros largos en Amazon y Facebook se mantienen (…) jugamos la historia del crecimiento chino a través de Glencore y Golden Ocean Group”. Y, en España, les gusta Telefónica. Finalmente, Marc Craquelin, director de inversiones de La Financière de l’Echiquier, considera que el difícil entorno de mercado actual trae oportunidades a “los gestores stock y bond picking como nosotros, que seleccionamos las compañías de forma individual, basándonos en nuestras convicciones”. Llama la atención sobre los sectores más expuestos al ciclo europeo como construcción o automoción, así como sobre el lujo.