Brexit, ralentización de la economía china, riesgo político, posibles burbujas en los mercados de deuda… Los factores de incertidumbre han sido muchos este año, y todo apunta a que seguirán presentes en los próximos meses. Pero, ¿es este pesimismo el punto de partida para la luz en el horizonte inversor? El equipo de Investment Solutions […]
Dirigentes Digital
| 21 oct 2016
Brexit, ralentización de la economía china, riesgo político, posibles burbujas en los mercados de deuda… Los factores de incertidumbre han sido muchos este año, y todo apunta a que seguirán presentes en los próximos meses. Pero, ¿es este pesimismo el punto de partida para la luz en el horizonte inversor? El equipo de Investment Solutions de Robeco acaba de presentar su informe de Perspectivas 2017-2021, en el que dibujan varios escenarios con el impacto de los principales riesgos a los que sigue enfrentándose el mercado. Estos van desde la desintegración de la economía europea (el Brexit, el auge de los partidos populistas, la banca italiana), el aterrizaje forzoso de China (al no lograr el reequilibrio de su economía, o por su elevado endeudamiento), pasando por un aumento del proteccionismo (el factor Trump) o la pérdida de credibilidad de los bancos centrales (Japón), hasta el estallido de la burbuja de la deuda. “Aunque no podemos demostrarlo, nuestra impresión es que el sentimiento general entre los inversores profesionales nunca ha sido tan bajo como ahora”, explica en el documento Lukas Daalder, Responsable de Robeco Investment Solutions. Desde la firma consideran que, por un lado, este pesimismo es un riesgo en sí mismo, por la espiral envenenada que puede jugar en economía, empresas y consumo de los hogares. Sin embargo, consideran que “cuando las expectativas son tan bajas, el umbral para las sorpresas positivas también lo es”. Como ejemplo, ponen la evolución de los mercados emergentes, explicando que los niveles en que cotizan actualmente estas acciones presentan un importante descuento respecto de los mercados desarrollados, como resultado del previsible debilitamiento de la economía china. “Hay motivos para que estas acciones estén bajas, pero consideramos que existe potencial de subida para las ganancias”, indican, mostrándose más optimistas en bonos de estos países, “ya que sus divisas se negocian con descuento, según el parámetro de valoración de paridad del poder adquisitivo (PPP)”. Respecto a los mercados de deuda, y frente a los que alertan del estallido de una posible burbuja, mantienen una teoría contrarian frente al consenso. A su juicio, el punto positivo más evidente es el hecho de que la deuda es riqueza. “La deuda de una persona es el activo de otra. En lugar de hablar de un superciclo de deuda, podríamos hablar de un superciclo de riqueza, pero por algún motivo nadie lo hace”, indican. Reconociendo que, frente a los riesgos mencionados, es fácil caer en el pesimismo general, los expertos de la firma siguen pensando que la evolución más probable del ciclo apunta a una normalización gradual. “Llámennos optimistas si quieren. Pero un hecho al que muchos no prestan atención es que, a pesar del bajo crecimiento, los mercados laborales se han fortalecido, y los consumidores, cuya renta disponible se ha visto favorecida por la bajada de los precios del petróleo, van a representar un papel fundamental, gracias a la mejora de las finanzas de los hogares”, explican. En cuanto a la asignación de activos, desde Robeco mantienen la prudencia en lo que a deuda pública se refiere. De hecho, han reducido su previsión de rentabilidad a cinco años para la deuda pública europea AAA al -3,5%. “Los intereses de la deuda han descendido hasta niveles inferiores incluso a los del año pasado, lo que implica que el colchón contra posibles fluctuaciones adversas de los precios se ha reducido todavía más y, de hecho, es negativo en el caso de la deuda pública europea AAA”, insisten. Aún así, esto no quiere decir que no hay cabida para invertir en bonos. “En el contexto de la gestión de activos y pasivos (ALM) y en el marco de riesgos siempre habrá un lugar para los bonos”, indican, recordando que esa cifra del -3,5% se basa en el bono de referencia alemán a 10 años, que presenta prácticamente el interés más reducido del mercado. “Según nuestras previsiones para Estados Unidos, por ejemplo, la tasa de rentabilidad negativa es del -0,25% (en moneda local) y, en el caso de los bonos de los países periféricos de Europa, el interés es mejor”. Del mismo modo, aseguran que es posible agregar valor aplicando “una política de inversión activa en esta categoría de activos”. En cuanto a la renta variable, la firma ha subido su objetivo a cinco años un 1%, como resultado del descenso registrado por las valoraciones generales de las acciones a escala mundial. Al mismo tiempo, han adoptado una postura más crítica en lo que respecta a las perspectivas de situación estable a largo plazo, reduciéndolas al 7%. “Por una parte, esto es reflejo de una cierta reducción de las perspectivas de crecimiento, asociadas a la disminución del crecimiento de la productividad, pero también de una actualización de las previsiones de rentabilidad por dividendos”, indican.