Casi un año después de la compra de Banco Popular por parte de Banco Santander, éste pisa el acelerador con el objetivo de completar la integración de Popular y empezar a operar como una sola marca. Ambos consejos de administración han acordado la fusión por absorción de ésta última en la entidad encabezada por Ana Botín para que puedan operar como una sola marca en toda España. Según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el momento que tenga lugar la fusión y después de haber obtenido la autorización del Ministro de Economía, Industria y Competitividad, Ramón Escolano, así como el resto de condiciones suspensivas a las que se encuentra sujeto el proceso, “Banco Santander adquirirá, por sucesión universal la totalidad de los derechos y obligaciones, incluyendo los de Banco Pastor y de Popular Banca Privada”. El calendario oficial contempla un proceso de integración de dos años, -hasta mediados de 2019-,  y desde su adquisición, ya se han ejecutado algunos, como el cambio de los rótulos y la recuperación de la gestión de las tarjetas y cajeros de Popular. El último paso ha sido la culminación del acuerdo con Blackstone para la venta del 51% del activo inmobiliario de Popular al banco de inversión, valorado en 10.000 millones, según ha informado en la presentación de resultados. Se trata de la operación inmobiliaria privada más grande que se ha realizado en España. A partir de este momento, la firma norteamericana gestionará el patrimonio integrado en una nueva sociedad formada por activos inmobiliarios y créditos, así como por el 100% del capital de Aliseda. Los expertos cifran el valor bruto en 30.000 millones de euros. Con todo ello, la exposición inmobiliaria neta de Santander se sitúa en los 5.200 millones de euros en España.