El banco explica que el fuerte crecimiento del primer trimestre del año estuvo sustentando por la recuperación de "los tres grandes mercados, España, Reino Unido y Brasil". En todos los países en los que opera registró un aumento del beneficio, salvo en Chile. La entidad admite que los cambios de divisas le han favorecido durante […]
Dirigentes Digital
| 28 abr 2015
El banco explica que el fuerte crecimiento del primer trimestre del año estuvo sustentando por la recuperación de "los tres grandes mercados, España, Reino Unido y Brasil". En todos los países en los que opera registró un aumento del beneficio, salvo en Chile.
La entidad admite que los cambios de divisas le han favorecido durante el período. El beneficio neto hubiera creció a tipos constantes un 22% frente al 32% final. "La mejora es consecuencia del aumento de los ingresos básicos en un 13%, variación que es dos puntos superior a la de los costes, que crecen un 11%", explica el banco dirigido por Ana Botín. Esta evolución
El ratio de eficiencia subió casi un punto, hasta situarse en el 47,0%. El margen neto se alzó a 6.067 millones de euros, que supone un crecimiento del 15%. Por su parte las provisiones descendieron un 5%.
Al cierre del primer trimestre, los recursos propios totales del Banco Santander se situaron en 91.915 millones de euros, un 27% más que un año antes. El ratio de capital del Banco se sitúa en el 12,0%, con un core capital del 9,7%, ambos fully loaded.
Resultados en España
En España, el fuerte descenso de dotaciones de solvencia del 27% ha permitido que el negocio en el país crezca un 47% hasta los 357 millones. El margen de intereses más comisiones descendió un 0,7%. La reducción de costes permitió que el margen neto ascendiera un 1,6%.
En España, el conjunto de la cartera de créditos asciende a 161.023 millones de euros, con un aumento ligeramente superior al 1% con respecto al cierre de marzo de 2014, si se descuentan las adquisiciones temporales de activos. La nueva producción de financiación a empresas crece un 24% y un 36% a particulares, con las hipotecas aumentando a ritmos del 23%. Estos aumentos en las nuevas producciones superan a las amortizaciones, de manera que crecen los saldos finales en financiación a empresas, a las administraciones públicas y en crédito consumo a particulares. Sin embargo, en hipotecas siguen siendo mayores los importes que se amortizan que las nuevas operaciones.