El banco español sigue su lucha con los reguladores estadounidenses. Tras suspender las pruebas de estrés, cambiar la cúpula directiva y reordenarse en un nuevo holding que abarque todas las actividades como le han exigido las autoridades, ahora disputa el último asalto a cuenta de su filial de créditos al consumo, Santander Consumer USA (Scusa), el negocio más potente de la entidad en el país.
Desde hace meses, la filial se encuentra embarrada a cuenta de sus estados contables para adaptarlos a las exigencias de la contabilidad estadounidenses. Sus resultados se esperan desde hace un mes, pero la compañía anunció que no llegaría a tiempo y avanzó que registraría provisiones de 1.800 millones de dólares para cumplir con la normativa de créditos dudosos. La SEC, la CNMV de la bolsa de Estados Unidos, concedió quince días más a la compañía, que cotiza en el mercado.
Pero la decisión y el anuncio de las provisiones están suponiendo un duro varapalo en bolsa. En lo que va de año, pierde casi un 50% de su valor inicial. Y abrió otro frente contable para reflejar en el fondo de comercio la pérdida de valor bursátil.
Quince días después Scusa tampoco pudo entregar la memoria a tiempo y anunció entonces que estaba revisando de nuevo la contabilidad. La SEC dio a la compañía un plazo de seis meses para presentar la documentación, que finalmente se ha entregado hoy.
Scusa ha revisado a la bajada los estados contables que presentaron provisionalmente hace un mes, reduciendo un 5% el beneficio neto hasta los 827 millones de dólares. En el cuarto trimestre de 2015, el resultado bajó un 82%, hasta 12 millones de dólares, ya que se trata del periodo más afectado por los cambios. El beneficio en el ejercicio de 2014 se reduce un 5%, hasta 724 millones, y el de 2013 se recorta un 2%, hasta 709 millones. Además, la filial ha admitido como crédito dudoso siete millones de dólares más, que apenas supone un 1% del total que registra la compañía.
El retraso en la presentación de las cuentas también ha provocado el aplazamiento del hólding Santander US y el enfado de varios inversores que se han agrupado en bufetes de abogados por verse perjudicados por el desplome de la acción.