Sí. Venimos de tiempos muy convulsos en las bolsas chinas. Shanghai lleva perdido un 25% solamente en 2016. El presidente del regulador bursátil China Securities Regulatory Commision (CSRC), Xiao Gang, fue sustituido por Liu Shiyu. Una transición que entremezcla duras críticas a la gestión de Xiao, como aquel desastroso "cortocircuito" introducido en enero para frenar […]
Dirigentes Digital
| 26 feb 2016
Sí. Venimos de tiempos muy convulsos en las bolsas chinas. Shanghai lleva perdido un 25% solamente en 2016. El presidente del regulador bursátil China Securities Regulatory Commision (CSRC), Xiao Gang, fue sustituido por Liu Shiyu. Una transición que entremezcla duras críticas a la gestión de Xiao, como aquel desastroso "cortocircuito" introducido en enero para frenar las caídas en bolsa, y mucho escepticismo hacia el nuevo jefe del CSRC.
La principal pregunta que nos hacemos todos los analistas es recurrente: ¿Conseguirá Liu Shiyu terminar con el uso de información privilegiada y otras malas prácticas inherentes al inmaduro mercado chino? Es difícil pero, en este punto, da igual.
Con Xiao Gang, pese al tristemente célebre "cortocircuito" y el colapso bursátil del pasado verano, las bolsas chinas han subido un 20%. Cuando Xiao tomo posesión del cargo en Marzo de 2013, Shanghai marcaba los 2.364 puntos. Hoy, nada más marcharse, estamos en 2.823.
Nadie aquí está defendiendo la gestión de Xiao Gang, pero durante su mandato hemos podido leer numerosos titulares apuntando a un posible crash en las bolsas. Pero nadie dice lo mismo en relación a Corea del Sur cuando el KOSPI lleva perdido un 5% desde marzo de 2013. O fuera de Asia, el todopoderoso DAX alemán lleva ganado exactamente lo mismo que Shanghai desde 2013. Sin embargo, según la prensa, las bolsas están a punto de provocar un desastre económico en China. O podrían estar reflejándolo, si bien los números siguen desmintiendo todas estas teorías.
Xiao Gang, simplemente, ha sido reemplazado por haber fracasado en conseguir lo imposible: controlar la altísima volatilidad en las inmaduras bolsas chinas. La bolsa china no representa absolutamente nada. Es solamente una quinta parte del sistema financiero total. Y, lo más importante, está cerrada al exterior. En Estados Unidos, por ejemplo, la capitalización global de las bolsas supera ampliamente al PIB. Y allí sí que un desplome de los mercados puede comprometer la financiación corporativa. Aquí, en China, definitivamente no.
¿Van a seguir subiendo las Bolsas? ¿Dónde invertir?
En esta época del año, cuando se celebran las asambleas legislativas anuales chinas, los mercados chinos suelen subir ante la perspectiva de anuncios. Si avanzan las privatizaciones y liberalizaciones, como parece, debemos situarnos bien en los blue chips del sector estatal. Y como quienes leéis estas páginas no sois chinos, descuidad, podéis invertir en empresas chinas del índice Hang Seng de Hong Kong.
Lo recomiendo, en primer lugar, porque pocos parqués importantes del mundo tienen un ratio precio-beneficio tan atractivo, inferior a 7. Y, en segundo lugar, porque el cambio de modelo del cual se hablará bastante estos días, puede impulsar subidas interesantes. Por ejemplo, el sector médico o farmacéutico está de moda. Por un lado, conforme aumenta la renta disponible de las familias más servicios médicos se van a demandar. El gobierno, además, también anunciará un mayor gasto sanitario durante las asambleas. Y la contaminación del aire, aunque quiera reducirse ahora, lamentablemente acarreará un repunte de los pacientes.
Pues bien, me metería en farmacéuticas que estén investigando nuevas patentes, por ejemplo. O en grandes conglomerados que junten farmacias y hospitales. Seguid al sector farmacéutico, en Shanghai, y veréis que está perfectamente correlacionado con la bolsa. No pasa nada. Junto con medioambiente, y sectores como el turismo, deben ir restando protagonismo a la vieja economía industrial. El fútbol chino ha gastado cuatrocientos millones de euros en fichajes. El número de mil millonarios chinos es superior, ya, al que hay en Estados Unidos. Los turistas chinos se gastaron, solamente el año pasado, doscientos mil millones de dólares. Y consumieron, además, la mitad del lujo de todo el mundo.
Especular para provocar titulares, y sacar una bola de cristal mediante la cual aventurar otro crash bursátil en China, no sería honesto. Lo correcto es apostar por el tejido empresarial chino, en bolsa o fuera de ella, especialmente aquellas empresas dedicadas al sector servicios. Lo digo, simplemente, porque es ahí donde se puede seguir ganando dinero.
Eva Ma es Economista Jefe del Grupo Caijing y socia colaboradora de China Capital / Shanghai (PRC).