Se hunde la entidad un 75% en lo que va de año, atrapada en una sangría provocada por las dudas sobre la calidad de sus activos (esto es, su ingente cantidad de préstamos en mora), sus necesidades de capital y la ‘batalla’ entre el Gobierno de Mateo Renzi y Bruselas acerca de cómo recapitalizar a […]
Dirigentes Digital
| 25 jul 2016
Se hunde la entidad un 75% en lo que va de año, atrapada en una sangría provocada por las dudas sobre la calidad de sus activos (esto es, su ingente cantidad de préstamos en mora), sus necesidades de capital y la ‘batalla’ entre el Gobierno de Mateo Renzi y Bruselas acerca de cómo recapitalizar a las entidades en problemas, pues la nueva regulación europea es contraria a los rescates públicos y prima el bail-in (pérdidas para acreedores, incluidos bonistas minoritarios o grandes depositantes).
No han sido tampoco de mucha ayuda las turbulencias desatadas en la industria por la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea (UE) o las políticas ultra-acomodaticias del Banco Central Europeo (BCE) que han reducido los tipos y, por ende sus márgenes, a la mínima expresión.
El montante bruto de la morosidad para los seis principales bancos italianos ronda los 230.000 millones de euros. Con todo, matiza, Antoni Ruggeri, portfolio manager en SYZ AM, "la porción de este stock que suponen los créditos malos es de alrededor de 130.000 millones y, lo más importante, muestra que su valor en libros es mucho menor y ronda el 40% de su valor bruto o 60.000 millones de euros".
Considera este experto que hará falta tiempo y la intervención estatal: "La forma en la que el Ejecutivo italiano estará involucrado dependerá de las negociaciones con Bruselas, pero mejoraría el precio de venta de los créditos impagados así como reduciría el impacto en el capital de los bancos, aunque con un coste mayor para los compradores de créditos morosos".
Es más, a medio plazo, concluye hará falta capital privado adicional, "tanto para recapitalizaciones como para compras de créditos morosos y debería incluir algún acuerdo de amortización de las pérdidas durante un periodo más largo. Esto impactaría las valoraciones en renta variable como resultado de la reducción de la rentabilidad durante algunos años, pero en el aspecto positivo protegería a los bonistas y daría estabilidad al sistema financiero".
Otra ‘muleta’ para el sector financiero europeo, opina Capital Economics, será el BCE, que aumentará su programa de compra de deuda (QE), "impulsando los precios de los activos en poder de los bancos"; mientras que las nuevas ‘barras libres’ de liquidez (TLTROs) deberían mejorar las condiciones de financiación para estos. Creen estos expertos que también las entidades podrían reducir su mora "directamente titulizando y vendiendo", aunque, por el momento, el apetito es mínimo…
Ahora bien, "los próximos tests de estrés ofrecen un salvavidas potencial", pues la normativa sobre rescates estatales de la UE podría "permitir una recapitalización pública bajo ‘circunstancias especiales’" que podrían darse con los resultados de estos exámenes. Coincide Renta 4 en este extremo y apunta: "Las pruebas del 29 de julio podrían servir de excusa para permitir la intervención pública y evitar así las pérdidas de los bonistas italianos".