Tras la madre de todas las Opas, la eléctrica pasó a manos de la italiana Enel, mutilada de sus activos renovables que se quedó Acciona. Uno de los valores históricos de la bolsa española, pasó a ser un título residual durante más de seis por su estrecha liquidez. En bolsa apenas cotiza el 8% del capital, uno de los principales motivos para que haya perdido atractivo para los inversores. La única alegría que tenía sus pequeños accionistas eran los superdividendos de cuatro euros que repartía los dueños italianos mientras cada vez la compañía perdía tamaño y capacidad de crecimiento.
Pero ahora
Enel tiene nuevos planes para la eléctrica española. Por un lado, va a limitar a la compañía al ámbito doméstico, sólo operará en España y Portugal, mientras la matriz adquiere la totalidad del negocio en Latinoamérica, que a cierre del primer semestre representó el 30% de los ingresos y aportó un 25% al beneficio neto de la compañía. A cambio Endesa ingresará 8.252 millones de euros, la totalidad se repartirá en un megadividendo de 7,795 euros. Curiosamente, la mayor parte lo percibirá la propia Enel al poseer el 92% de la compañía eléctrica. "Hay que tener en cuenta que el
accionista actual va a recibir un "suculento" dividendo por la venta de Enersis, pero de 2015 en adelante el dividendo se verá reducido por la caída del beneficio que se va a producir al no registrar el negocio de América Latina", resumen los analistas de Bankinter.
Los planes italianos no terminan aquí, han prometido volver a invertir en Endesa, en la nueva Endesa. En una compañía que no tiene nada que ver con lo que era hasta ahora. Será un tercio más pequeña y sin la capacidad de crecimiento que le permitía Latinoamérica. En cambio, Enel plantea lanzar una OPV tras la operación para aumentar el free float entre un 25% y 30%, y para ello tendrá que convertir a Endesa en atractiva para los inversores. "La nueva Endesa será totalmente distinta. Estará limitada al mercado doméstico y registrará menor crecimiento, pero esperemos que tenga una mejora en eficiencia financiera", explica Natalia Aguirre, analista de Renta 4.
El mercado especula que Endesa tendrá que apalancarse para aumentar su deuda. Hasta ahora Endesa tiene una deuda neta por Ebitda de 0,4 veces, muy por debajo de su sector en Europa, que se explica por la escasa inversión en capex durante estos últimos años. Para Aguirre esta situación provocaba que a la vez de ser ineficiente, era poco atractiva para los inversores al representar una pobre perspectiva de crecimiento.
El futuro de Endesa pasa por elevar su endeudamiento, tanto para aumentar su inversión para crecer en un mercado maduro como el ibérico como para establecer una política de dividendo estable que atraigan a nuevos accionistas a la hipotética OPV. Otra posibilidad para la eléctrica sería comprar los activos que en su día vendió a la alemana E.On y que actualmente están a la venta. La oportunidad es buena para una inversión sostenible ya que se vende a un precio muy inferior de los que pagaron por ellos.
Enel en los últimos años obligaba a Endesa a repartir unos superdividendos extraordinarios de cuatro euros aparte del ordinario, pero lo hacían sin avisar y era imprevisible si se iba a cobrar, apuntan desde Renta 4.
Desde el bróker de Bankinter advierten que ellos asumen un payout se incrementa hasta el 100% para mejorar la remuneración al accionista, "pero podría no ser así". Los planes de Enel no están todavía claros. "La reordenación del grupo seguramente será positiva para Enel pero no tenemos tan claro que lo vaya a ser para Endesa, ya que renuncia a su principal fuente de crecimiento. Es cierto que la operación plantea varias oportunidades de mejora a la española todavía están por concretar", advierten los analistas. En la misma línea se pronuncia Renta 4, "es pronto para decidir si la nueva Endesa es una buena oportunidad hasta que no se concreten los planes.