Cuando en la reunión de junio, el presidente del BCE anunció la batería de medidas para impulsar el crecimiento de la zona se abrieron muchas dudas de su eficacia ante la falta de detalles. En la de ayer jueves Mario Draghi concretó y dio un paso al frente sacando a relucir parte la artillería. Para empezar bajó los tipos del 0,15% al 0,05%. Un acto simbólico más que efectivo pero con una lectura de fondo. El próximo 18 de septiembre se celebra la primera subasta de liquidez (la siguiente será en diciembre) para la banca europea, las conocida como TLTRO, con las que pretende inyectar 400.000 millones de euros al sistema. El recorte de tipos afecta directamente al coste del préstamo y debería animar a las entidades financieras a acercarse a la ventanilla.
EL BCE prestará especial atención a qué harán los bancos con este dinero. En las anteriores subastas gran parte del dinero volvió al BCE para sacar una
rentabilidad fija por su depósito. En esta ocasión se lo pensarán dos veces ya que el organismo ha rebajado el interés de los depósitos a un día al -0,23 y ha bajado el tipo de interés a la facilidad marginal de crédito al 0,30%, con lo que espera que finalmente el crédito fluya a la economía real.
La decisión estrella ha sido poner en marcha el programa de compras ABS que consiste en la adquisición de activos bancarios. Las entidades financieras hacen un paquete con hipotecas, préstamos a pymes y al consumo y otros créditos para colocarlas en el mercado. El BCE comprará estos paquetes asumiendo el riesgo de impago y liberando el balance de los bancos. En teoría el dinero que destine Frankfurt en adquisiciones se trasladará a
empresas y familias vía nuevo crédito. Cuando se anunció la medida en junio ante la falta de detalle se dudaba de su eficacia por cuatro motivos principales, por la cuantía, la limitada dimensión del mercado de titulizaciones, el riesgo que estaba dispuesto a asumir el BCE y si iba a intervenir directamente en el mercado.
Draghi no ha ofrecido detalles de cuánto dinero se destinará a la compra de este tipo de deuda, pero el mercado especula que superará los 500.000 millones. Sólo un detalle en rueda de prensa explicó que la medida tendrá un impacto significativo en el balance de activos de la institución y que podrá ascender a niveles de 2012. En esa fecha llegó a superar los 3.000 billones de euros, actualmente se sitúa en los 2.000 billones.
Además, aclaró que el BCE lleva utilizando diez años el mercado titulización como colateral en sus operaciones. En reciente informe del Servicios de Estudio de La Caixa afirmaba que a cierre de 2013, el saldo vivo total de operaciones titulizadas era de 1,54 billones de euros, de las que tan solo el 8,5% corresponden a ABS respaldados por créditos a pymes. La buena noticia es que la adquisición se realizará tanto para nuevas emisiones como para las que se encuentran en el mercado, lo que debería tener un impacto en el crédito a las empresas de manera rápida señalan los expertos.
Otras de las cuestiones importantes es el riesgo que está dispuesto a asumir el BCE en estas operaciones se realizarán con los de mayor calidad, conocidos como senior, y con los que tramos mezzanine, de riesgo medio, pero tendrán que tener garantías adicionales. Aunque recuerdan que el origen de la crisis financiera se encuentra en las hipotecas subprime que se titulizaron con calificaciones crediticias de máxima calidad. Y en parte el escaso desarrollo en Europa de este mercado se debe al estallido de la crisis subprime.
Lo más positivo para Marian Fernández, Responsable de Estrategia de Inversis Banco, es que esta medida respeta los estatutos del banco y no hay que esperar a reformas regulatorias sobre los ABS para el BCE actúe como supondría comprar directamente deuda soberana o corporativa.
Otro de los aspectos relevante es que Draghi se dejó balas en la recámara. De la pasada reunión de banqueros en Jackson Hole salió convencido que e
BCE debería actuar al estilo de la Reserva Federal con los Quantitative Easing que lanzaron para salir de la crisis. El propio Draghi admitió que se han quedado a mitad de camino. La principal diferencia es que la Reserva Federal terminó comprando directamente en el mercado deuda soberana y privada. Pero Draghi avisa una amplia mayoría del Consejo del BCE está dispuesto a llegar a más que las compras de ABS.