La primera audiencia tuvo lugar el miércoles en el Tribunal de Tecnología y Construcción en la capital británica, donde las comunidades afectadas presentan una demanda contra la empresa nigeriana de Shell, conocida como Shell Petroleum Development Company de Nigeria (SPDC). En concreto, dos comunidades reclaman una indemnización y quieren que Shell limpie sus tierras, pero […]
Dirigentes Digital
| 04 mar 2016
La primera audiencia tuvo lugar el miércoles en el Tribunal de Tecnología y Construcción en la capital británica, donde las comunidades afectadas presentan una demanda contra la empresa nigeriana de Shell, conocida como Shell Petroleum Development Company de Nigeria (SPDC). En concreto, dos comunidades reclaman una indemnización y quieren que Shell limpie sus tierras, pero desde la compañía aseguran que están “en la primera fase” de la revisión de las reivindicaciones y que el caso debería celebrarse en Nigeria y no en Londres. Una de las comunidades afectadas se encuentra en la región de Ogale, en el estado costero de River, donde viven cerca de 40.000 personas, la mayoría agricultores y pescadores. Su caso está siendo llevado por el bufete de abogados Leigh Day, que lamentan como Shell “no protege las tuberías de los daños causados por terceras personas”. En un informe publicado en 2011 por el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, hacían mención al hallazgo de agua contaminada con benceno, que se cree cancerígeno, por lo que se sugirió una limpieza, si bien puntualizaron que una “recuperación sostenible” de la zona podría llegar a tardar hasta 30 años. Víctimas de los robos Desde Shell intentaron explicar que las tuberías de esta zona han sido blanco de robos, para hacerse con el petróleo en crudo y tratar de refinarlo por métodos alternativos. Lo cual, habría provocado un mayor número de derrames y daños. “Tanto Bille como Ogale son áreas muy afectadas por los robos, el sabotaje de las tuberías y tareas de refinación ilegales, que siguen siendo las principales fuentes de contaminación en todo el delta del Níger”, dijeron responsables de Shell. Además, explican que en la zona de Ogale, SPDC no ha producido ningún derrame de aceite o gas desde 1993. Momento en el que el acceso a la zona se limitó tras un aumento de la violencia, amenazas al personal y ataques contra las instalaciones. Falta de tecnología La respuesta de las comunidades locales es que los oleoductos de Shell carecen de la tecnología para detectar y apagar fugas. En ese sentido, Daniel Leader, socio de Leigh Day, ve escandaloso que cuatro años después del informe de PNUMA, Shell todavía no hayan limpiado el petróleo, llevando a que se termine la paciencia de las comunidades afectadas. “Tenemos la intención de obligar a Shell a actuar ya porque está claro que no tienen intención de hacerlo por su cuenta”, agrega Leader. Desde Shell aceptaron un acuerdo en enero de 2015 valorado en 55 millones de libras (unos 75 millones de euros), para compensar a los residentes de la comunidad de Bodo por dos derrames de petróleo. Por lo que unas 15.600 clientes recibirían 2.300 libras (unos 3.000 euros) por las pérdidas causadas por los vertidos. Baile de cifras Por su parte, desde Amnistía Internacional (AI) puntualizan como las cifras de los derrames no coinciden, ya que desde Shell cifran el volumen en 4.000 barriles, mientras que las primeras pruebas recogidas en la zona aumentan la cifra a 500.000 barriles. “Nuestras informaciones revelan lo irresponsable que ha sido Shell en sus operaciones en la región”, asegura Peter Frankental, director del programa de Economía de Amnistía Internacional. “Es vergonzoso que Shell tenga que ser arrastrado a los tribunales para resolver estos problemas”, lamentó.