Con Caja Castilla-La Mancha (CCM) se inicia el derrumbe del sistema financiero. Fue la primera en ser intervenida y nacionalizada por el Banco de España en marzo de 2009. Sería la primera de buena parte de las cajas de ahorro que suponían la mitad del mapa bancario antes de las crisis.
Casi siete años después son juzgados los máximos dirigentes que llevaron a la quiebra a la entidad, que supuso un coste de 9.000 millones de euros de dinero público. En CCM se dieron los males que asolaron al resto de entidades, políticos haciendo de banqueros que pagaban con los ahorros de los clientes los favores a empresarios. El expresidente Juan Pedro Hernández Moltó era un histórico militante del PSOE y ejerció puestos de responsabilidad en el Gobierno regional de Castilla-La Mancha. Durante su gestión se produjeron concesión de créditos irregulares y sospechas inversiones en ladrillo que terminaron haciendo un agujero insostenible en la entidad.
Pero lo que provocó la caída fue el falseamiento de cuentas e intentar colársela al Banco de España. Antes de ser intervenida, CCM presentó un beneficio de 29 millones, en contra de las estimaciones previas que hizo el regulador que ascendían a 119 millones de pérdidas por el deterioro de su balance y necesidades de provisiones. Los dirigentes de la entidad obviaron contabilizar el impacto de sus inversiones en las inmobiliarias Afirma, Colonial y Parquesol.
La judicialización del caso comenzó en 2010 con la querella presentada por el exfiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo en representación del PP. A finales de 2013, el juez Ruz imputó a toda la cúpula directiva por mala gestión y perjuicio patrimonial. Pero la Fiscalía Anticorrupción solo vio delito en la conducta de Moltó y Ortega por administración desleal y falseamiento de las cuentas y por el que pide dos años y medio de prisión para cada uno.
Hoy se ha abierto el juicio oral contra los dos dirigentes y se extenderá hasta el próximo 12 de febrero. Moltó ha sido el primero en declarar y se ha lavado las manos sobre el agujero patrimonial que tenía la caja. En un momento de la sesión, ha llegado a declarar que él era "como la Reina Madre", tenía funciones institucionales pero no ejecutivas. Antes de entrar en la sala ha afirmado a los medios de comunicación que tiene la conciencia muy tranquila y que espera que se demuestre que actuó con honorabilidad.