Cuando acciones e inmuebles perdieron valor, los japoneses vieron reducido su poder adquisitivo, lo cual afectaba negativamente al consumo. Las empresas japonesas, ante un menor consumo, invertían menos. Y los precios descendieron hasta instalarse en una deflación crónica. El desempleo masivo se pudo evitar congelando los salarios. Sin embargo, esos sueldos más bajos también iban […]
Dirigentes Digital
| 24 sep 2017
Cuando acciones e inmuebles perdieron valor, los japoneses vieron reducido su poder adquisitivo, lo cual afectaba negativamente al consumo. Las empresas japonesas, ante un menor consumo, invertían menos. Y los precios descendieron hasta instalarse en una deflación crónica. El desempleo masivo se pudo evitar congelando los salarios. Sin embargo, esos sueldos más bajos también iban a derivar, necesariamente, en menos consumo e inversión de las empresas. Para contrarrestar el desplome del consumo privado, diferentes gobiernos japoneses han optado por la vía de los estímulos fiscales, pero sin demasiado éxito. Con un Producto Interior Bruto (PIB) de unos 4,7 billones de euros, es la tercera economía del mundo. Sin embargo, su deuda pública se acerca a los 10 billones de euros, equivalente al 250 por 100, lo que le convierte en el país más endeudado del mundo en relación al PIB. Esto, en los últimos años, ha obligado a subir los impuestos, penalizando todavía más el consumo privado. El Banco de Japón (BOJ), por otra parte, lanzaba una política monetaria superexpansiva para intentar impulsar consumo e inversión en 2013. El BOJ llegó a introducir anualmente, dentro del sistema, hasta setecientos mil millones de dólares extra con tipos al 0%. Esta última medida, lejos de desencadenar un nuevo boom económico, se tradujo en una nueva deflación del 0,3% durante 2016. Los bancos japoneses, incluso, han llegado a pagar por prestar dinero al hacerlo con tipos negativos. Pero, por mucho dinero facilitado desde las administraciones, o el propio BOJ, los consumidores japoneses ahora prefieren ahorrar. No están dispuestos a gastar. Puede leer el reportaje completo aquí