Los que quieren vender su casa en Suecia están de enhorabuena; no les llevará más que uno o dos días, o incluso unas horas, conseguir un vendedor. La demanda de vivienda en el país es tan elevada que los precios no han hecho más que subir. Según el portal inmobiliario sueco Hemnet, un cuarto de las viviendas totales que se vendieron el año pasado cambió de manos sin llegar a ser exhibidas previamente.

Cada metro cuadrado en Estocolmo ronda los 6.350 dólares, según Reuters, muy cerca del precio en Londres (6.750 dólares). Además, según el portal inmobiliario Idealista, solo en lo que va de 2015 las casas se han encarecido un 14% y sobre todo los apartamentos, cuyo precio ha crecido un 150% desde 2015.

La demanda de vivienda es tan grande en el país nórdico que para 2025 el mercado podrá absorber 450.000 viviendas más de las que habrá. Las autoridades de la capital sueca calculan que se tendrán que construir 16.000 casas al año durante los próximos diez años para cubrir el crecimiento demográfico.

Según Reuters, hasta medio millón de personas se trasladarán a la región nórdica para 2030 (sin tener en cuenta los solicitantes de asilo), por lo que la demanda de vivienda no hará sino crecer y, con ello, también los precios y el endeudamiento de las familias.

A los actuales precios, las familias suecas tardarían muchísimos años en cubrir toda su hipoteca. Concretamente, la deuda del consumidor se acerca al 175% de la renta disponible, una de las más altas de toda Europa.

Además, el Bando de Suecia mantiene los tipos en niveles mínimos, lo que incentiva aún más a los compradores de vivienda. Sin embargo, la deflación acecha al país, por lo que aunque el país intentó subir los tipos en 2010 y 2011, la presión deflacionaria hizo que el banco volviera a los tipos bajos.

Para reducir el riesgo de una posible burbuja, también se ha intentado limitar la cantidad de dinero que los bancos financian en las hipotecas. Hasta 2010, los suecos podían solicitar el 100% del importe de la tasación de la vivienda incluso algo más para hacer alguna reforma. Ahora, se ha impuesto un límite del 85%, que a veces es rebasado por préstamos sin garantías. Para Idealista, esta medida tampoco ha servido para reducir el riesgo de burbuja.

Según explicaba el agente inmobiliario Tommy Langsten a Reuters, "a pesar de que los precios de los apartamentos han subido en un 15 a 25% el año pasado, la gente todavía se lo puede permitir". Ciertamente, los ingresos de los suecos aumentan y se reduce el desempleo. Según Bloomberg, la economía creció un 0,8% en el tercer trimestre, el doble de lo esperado por los analistas. Anualmente, el crecimiento fue del 3,9%.

Estos datos, junto a la imposibilidad del Banco Sueco de subir los tipos, no hacen sino incrementar el peligro de que la burbuja sueca sea una realidad y finalmente estalle.