Las elecciones se acercan en Grecia de forma precipitada con la temida victoria de Syriza. El órdago lanzado por el primer ministro heleno , Antoni Samaras, lo ha perdido en la primera mano. Le quedan dos intentos más para evitar la disolución del Parlamento heleno, pero el resultado deja un horizonte lleno de incertidumbre. Su grupo apenas ha logrado arañar cinco votos más de los escaños con los que cuentan. Su grupo parlamentario no cuenta con la mayoría necesaria para sacar adelante la propuesta por sí solos. La elección del presidente se lleva a cabo en tres votaciones. En las dos primeras, es necesaria una mayoría de al menos 200 legisladores en una cámara compuesta por 300. En la tercera y última, que se celebraría el 29 de diciembre, el número necesario de apoyos se fija en 180. Hoy se ha quedado en 160 votos a favor de Dimas.
Todos los líderes de los grupos de la oposición ya han avanzado que bloquearán al candidato de Antonis Samaras, con lo que se vería obligado a una convocatoria de elecciones anticipadas.
El rebrote de la crisis política coincide con nuevas protestas en las calles de Atenas y mientras el país negocia con la troika más ajustes para recibir el último tramo del rescate. La huelga de hambre de un joven que está condenado a 15 años de prisión por robo ha devuelto las manifestaciones y la violencia a las calles del país, que añade más presión política al Gobierno.