Desde que comenzara el año, el sector financiero global, y el europeo en particular, ha estado en el ‘ojo del huracán’. Vuelven las incertidumbres sobre la ‘salud’ de los balances de los bancos, ante la erosión que suponen las políticas ultracomodaticias de los bancos centrales y la calidad de sus activos, tras el desplome del […]
Dirigentes Digital
| 07 mar 2016
Desde que comenzara el año, el sector financiero global, y el europeo en particular, ha estado en el ‘ojo del huracán’. Vuelven las incertidumbres sobre la ‘salud’ de los balances de los bancos, ante la erosión que suponen las políticas ultracomodaticias de los bancos centrales y la calidad de sus activos, tras el desplome del crudo que arrastra consigo a la industria petrolera y pone en el disparadero del impago a las compañías.
Al mismo tiempo, no son pocas las voces que se preguntan por la eficacia de las medidas de estímulo ante la debilidad del crecimiento y la inflación. Los interrogantes se extienden en torno a la capacidad (o falta de ella) de las autoridades monetarias para impulsar la economía… "En mi opinión la política monetaria sigue siendo tan eficiente como al principio de la crisis. Pero, también es cierto, la falta de credibilidad ahora exige medidas más agresivas. Esto nunca es fácil si hay divergencias", defiende el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano.
Esta firma espera que el BCE recorte el tipo de depósito en otros 10 puntos básicos e incremente el tamaño de su programa de compra de activos (QE) hasta 15.000 millones. Coincide Capital Economics en cifrar el "mínimo para no defraudar" en esa rebaja, aunque la ampliación de las adquisiciones podría ‘limitarse’ a 10.000 millones al mes. Ahora bien, advierte, que la autoridad monetaria "necesita hacer más si quiere un shock positivo tal que debilite al euro e impulse las expectativas de inflación al alza".
Asimismo, estos expertos reconocen que las preocupaciones por los tipos negativos en la rentabilidad o los límites en en el montante de activos adicionales que puede comprar limiten al BCE. Sin embargo, consideran que "la creencia es que la banca se comportará mejor en el largo plazo si se protege la recuperación, aún a costa de cierto dolor a corto".
Con todo, la cuestión es: ¿Puede el BCE quedarse sin activos que adquirir? "Probablemente necesite ampliar la lista si quiere incrementar su QE (más sector privado, deuda corporativa…). Probablemente tenga que hacer frente a pequeñas pérdidas si opta por comprar bonos con yields negativas alemanes, pero puede que considere que esto es preferible a hacerse con acciones o ABS. En cualquier caso, creemos que el coste de hacer más es ampliamente inferior al de la inacción", explica Capital Economics
Por eso, apuestan por un Draghi más audaz de lo que se espera, que rebaje el tipo de depósito en 20 puntos básicos, hasta el -0,5%, y que amplíe las compras mensuales a los 80.000 millones mensuales, desde los 60.000 millones actuales.
¿Cómo mitigar el impacto negativo en los bancos de estas nuevas medidas? Campuzano explica que "siempre se puede estructurar la rentabilidad negativa en depósitos en función del tipo de entidad. También se puede optar por utilizar los LTROS para compensar parte del coste de los tipos de interés negativos. Aunque, ¿saben una cosa? La mejor forma de mejorar las perspectivas de rentabilidad de la banca europea es mejorar las perspectivas de la economía y combatir los riesgos de deflación", concluye.
Menos optimistas son los analistas de Barclays, pues creen que probablemente el banco central se limite a rebajar el tipo de depósito en 10 puntos básicos y a anunciar "algunos cambios técnicos en su QE, como parte de la revisión semestral del mismo, pero no esperamos anuncios materiales (…) ningún aumento de tamaño o extensión".