Si bien es pronto para valorar el impacto general de las promesas fiscales y de inversión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para el director de inversión de Robeco, Lukas Daalder, “sí que hay una cosa segura: impulsará el estímulo presupuestario como alternativa a la actual sobredependencia de la política monetaria”. Explica este […]
Dirigentes Digital
| 12 dic 2016
Si bien es pronto para valorar el impacto general de las promesas fiscales y de inversión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para el director de inversión de Robeco, Lukas Daalder, “sí que hay una cosa segura: impulsará el estímulo presupuestario como alternativa a la actual sobredependencia de la política monetaria”. Explica este experto que este cambio de paradigma podría no tener tanta repercusión si se tratara solo del republicano, “pero incluso el Banco Central Europeo (BCE) está insistiendo en que los gobiernos deben tomarse en serio su papel, por lo que parece claro que estamos ante un cambio de actitud en este ámbito”. Así, si tenemos en cuenta que las expectativas de crecimiento son bastante bajas actualmente, “existe un margen considerable para que surjan sorpresas positivas” y de su mano “podría tener lugar la tan necesaria mejora del sentimiento subyacente, que a su vez podría reavivar la inversión como motor de crecimiento adicional”. Con todo, advierte: “El riesgo más claro para este supuesto es que Trump opte por su propio ‘Plan C’: un regreso al proteccionismo…” En lo que respecta a la renta variable, el director de inversión de Robeco, destaca que “cabe esperar una caída moderada en los márgenes de beneficio, acompañado por una mejora de los volúmenes de ventas, que volverán a situar el crecimiento general de los beneficios empresariales en terreno positivo en 2017. Esto podría justificar las elevadas valoraciones de la renta variable estadounidense”. Considera Daalder que la mejora de las perspectivas de inflación “truncaría la tesis del estancamiento secular y resultaría favorable para el sentimiento en Bolsa, puesto que la preferencia marginal de los inversores podría pasar de los bonos nominales a las acciones, ya que éstas han demostrado su capacidad de ofrecer mejor cobertura frente al incremento de los precios”. Fuera de Estados Unidos, tanto “Europa como los emergentes resultan baratos. Podría pensarse que, consiguientemente, 2017 tiene el potencial de ser un gran año para estos mercados. De hecho, así es, pero el destino de estos mercados está muy ligado al desenlace de los distintos comicios que están por celebrarse en Europa, del Brexit, del posible proteccionismo de Trump y de China”. Sobre la renta fija, Robeco tiene una advertencia clara: la sensibilidad de la deuda soberana a los tipos de interés, merced a los programas de flexibilización cuantitativa (QE), ha aumentado recientemente. “Una llamada de atención para los inversores en renta fija que se guían por los índices: la ausencia de rentabilidad no implica ausencia de volatilidad”. En este contexto, “¿prevemos que la tan esperada corrección de los mercados de renta fija tenga lugar el próximo año? En gran medida, si no totalmente, dependerá de la política de los bancos centrales que, a su vez, dependerá del resurgimiento de la inflación”. Así, el director de inversión de Robeco detalla: “A partir de nuestras perspectivas prudentemente optimistas para la economía europea, el ligero repunte de la inflación general previsto para principios de 2017, y suponiendo que las distintas elecciones discurran sin complicaciones, pronto podrían surgir las especulaciones sobre el momento en que el BCE comenzará a recortar su programa de QE (tapering). Aunque esto podría dar lugar a un aumento transitorio de la volatilidad, como sucedió en 2015, consideramos que no se quedará de brazos cruzados si los mercados se tornan excesivamente volátiles o reaccionan violentamente, sobre todo teniendo en cuenta la persistencia de los riesgos geopolíticos. Por ello, los tipos de interés europeos estarán limitados por la (posible) intervención del BCE”. Con todo, reconoce que “la principal incertidumbre es qué va a suceder en Estados Unidos. Si Trump logra poner en práctica un paquete de medidas reflacionarias que sirva para elevar los niveles de endeudamiento, la deuda pública estadounidense será vulnerable. En estos momentos es complicado valorar el éxito que pueda tener una estrategia de este tipo. En conjunto, prevemos que los intereses de los bonos aumentarán y que la volatilidad experimentará repuntes, pero consideramos que es pronto aún para empezar a hablar de normalización”.