Los precios del crudo se han estabilizado en torno a un 15% por encima de la valoración que tenían antes del acuerdo entre la OPEP y los productores ‘no OPEP’ en diciembre. Sobre los 55 dólares el barril de Brent y por encima de los 50 el West Texas. Aunque con cierto recelo, el mercado confía […]
Dirigentes Digital
| 03 feb 2017
Los precios del crudo se han estabilizado en torno a un 15% por encima de la valoración que tenían antes del acuerdo entre la OPEP y los productores ‘no OPEP’ en diciembre. Sobre los 55 dólares el barril de Brent y por encima de los 50 el West Texas. Aunque con cierto recelo, el mercado confía en que serán capaces de cumplir con los recortes acordados. Si bien, vigilan de reojo las cifras, aumentando la volatilidad del crudo, y también el comportamiento del fracking estadounidense. Mientras tanto, el último gran catalizador para la inversión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece un ‘arma de doble filo’ en lo que al crudo respecta. Su proteccionismo impactará negativamente en los emergentes y, por ende, en su demanda. Pero, al mismo tiempo, su postura es claramente pro-energías fósiles, como ha demostrado la reactivación del proyecto de perforación cancelado por su predecesor, Barack Obama. Al mismo tiempo, amenaza con nuevas sanciones a Irán. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés), si las reducciones de producción previstas por OPEP y ‘no OPEP’ llegan a ‘buen puerto’, el mercado mundial del petróleo estará en déficit en el primer semestre de 2017. Por su parte, la Energy Information Administration (EIA) espera que la demanda mundial de crudo ascienda en 1,6 millones de barriles diarios (con un output fuera del cártel incrementando apenas en 0,4 millones de barriles al día). El ‘tope’ del fracking “A pesar de las expectativas de una mejor demanda, el aumento sostenido de las plataformas petroleras estadounidenses y las expectativas de un crecimiento del fracking son capaces de ‘techar’ la recuperación de los precios”, apuntan desde ETF Securities. La firma recuerda que las instalaciones de extracción norteamericanas se encuentran ahora en su nivel más alto desde noviembre de 2015, y han llegado a registrar su incremento semanal más alto desde abril de 2013. Mientras, la Administración Trump apunta a un apoyo sin fisuras a la industria del país, eliminando obstáculos ambientales y regulatorios… El ‘papel’ de Trump De hecho, desde Capital Economics, el analista Simon MacAdam, destaca la fuerte posición del presidente en esta materia. Pues, aunque no descartan que su ‘estilo de Gobierno’ puede llevarle a un enfrentamiento con las autoridades tanto dentro como fuera del país lo que limite el optimismo en torno a sus políticas, creen que esto no afecta al petróleo. “Muchas áreas de la política energética, así como el control de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), están firmemente bajo su control, lo que significa que el Congreso tiene menos posibilidades de obstaculizar sus planes”, explica este experto. Con todo, añade, aunque sus medidas son positivas tanto para el consumo como para la producción, no espera un fuerte impacto en los precios. Finalmente, cree que serán la demanda y la oferta (en especial el comportamiento de la OPEP), los factores decisivos para impulsar las valoraciones del crudo. El ‘cumplimiento’ de la OPEP y otros riesgos Así, para Ole Hansen, jefe de estrategia en materias primas de Saxo Bank, “el petróleo buscará este año capitalizar aún más la perspectiva de que el mercado se reequilibre a medida que se reduce la oferta para satisfacer la demanda”. Reconoce este experto que “nada es sencillo, especialmente cuando se trata del crudo. Mientras que en el primer trimestre es probable que el Brent se mantenga por encima de los 50 dólares el barril, el mercado centrará su atención, una vez más, en si se cumplen los recortes de producción”. Teniendo en cuenta la “pobre historia” del cártel en el cumplimiento de sus objetivos, advierte, “podríamos ver un desafío a la trayectoria ascendente de mínimos y picos crecientes en varias ocasiones”. No obstante, esperan que se produzcan las rebajas, también fuera de la OPEP, si bien, no será en las cantidades acordadas, lo que “probablemente, retrasará el proceso de reequilibrio, creando así el riesgo de correcciones de precios avanzado el año”. Al mismo tiempo, añade, “el riesgo de proteccionismo, un dólar más fuerte o el aumento del coste de financiación podrían ocasionar problemas a algunas economías de mercados emergentes, pesando sobre la demanda de petróleo. Frente a esto, se reintroduce el peligro de que se impongan sanciones contra Irán, por lo que es probable que crudo ofrezca otro año de importantes movimientos”. En este contexto, “vemos el precio medio del petróleo Brent aumentar hasta los 54 dólares por barril en 2017, desde los 45 dólares en 2016. El pico del año, alrededor de 60 dólares por barril, probablemente lo veremos durante el segundo trimestre, después de lo cual, el aumento de la producción estadounidense y la no ampliación de los recortes de producción de la OPEP harían que el mercado se estableciera en un rango”.