El reciente aumento de las hostilidades en el este de Ucrania se ha producido en dos zonas de Donestk, al norte, en la ciudad de Kramatorsk, y al sur, en Mariúpol. Kramatorsk, en territorio controlado por el Gobierno de Kiev desde el pasado verano, fue bombardeada con misiles que cayeron en el cuartel del mando […]
Dirigentes Digital
| 13 feb 2015
El reciente aumento de las hostilidades en el este de Ucrania se ha producido en dos zonas de Donestk, al norte, en la ciudad de Kramatorsk, y al sur, en Mariúpol. Kramatorsk, en territorio controlado por el Gobierno de Kiev desde el pasado verano, fue bombardeada con misiles que cayeron en el cuartel del mando de la ‘operación antiterrorista’, (en palabras de Kiev), en el aeropuerto y también en barrios residenciales de la ciudad. El resultado, según datos ucranianos fueron 15 muertos, entre civiles y militares. Este bombardeo, ha reavivado la violencia en una ciudad que se consideraba ya zona segura controlada por el Gobierno.
En Mariúpol, ciudad costera en el mar de Azoz, que ya se ha convertido en un símbolo de esta guerra, las tropas leales a Kiev emprendieron una contraofensiva encabezada por el batallón regional de voluntarios Azov y con participación de la Guardia Nacional de Ucrania.
Mientras tanto, en Debáltsevo, otro de los frentes abiertos, la situación continúa tensa. Esta zona, es un importante núcleo ferroviario entre Donetsk y Lugansk. Precisamente Lugansk es también el centro de la polémica, ya que las autoridades de Kiev han denunciado que unos 50 tanques y más armamento pesado entraron en este territorio, desde Rusia mientras los líderes de ambos países en conflicto y de Alemania y Francia intentaban llegar a un acuerdo para el cese de las hostilidades
Posición Internacional
Mientras la situación se intensificaba, esta semana, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, comparecía ante los medios junto a Angela Merkel, su homóloga alemana. Obama afirmó entonces que tanto su país como sus aliados europeos siguen comprometidos en encontrar una solución diplomática a la tensión con Rusia por la cuestión ucraniana. Sin embargo, Obama no descartó por completo el envío de armas para apoyar a Ucrania, de hecho, según informó Reuters, es una alternativa que su Gobierno "está evaluando".
Por su parte, la canciller alemana no comulga en ideas con el presidente estadounidense. Tanto para Merkel como para François Hollande, presidente de la República francesa, el envío de armas sería un error en un escenario en el que intentan conseguir un acuerdo de paz que tenga como base la diplomacia.
Alto al fuego
Después de 17 horas de duras negociaciones durante el pasado jueves, la cumbre de paz celebrada entre los líderes de Rusia, Ucrania, Francia y Alemania (el denominado cuarteto de Normandía) consiguió el objetivo que se había propuesto.
El llamado Grupo de Contacto, formado por los representantes de los separatistas de Donetsk y Lugansk, además de Rusia, Ucrania y la OSCE, acordaron un alto al fuego que supone un "rayo de esperanza" para poner fin a los enfrentamientos en el este del país.
Este no es el primer alto al fuego que se establece. Ya en septiembre de 2014, los representantes del gobierno de Ucrania y de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk firmaron en la capital bielorrusa, Minsk, un acuerdo sobre el cese de los ataques a partir del 5 de septiembre. Pactaron entonces un protocolo de 12 puntos, que incluyen el intercambio de prisioneros y todos los aspectos relativos al control del no uso de las armas. Dos semanas después de que se acordara una tregua, Ucrania y los separatistas prorrusos acordaron un cese al fuego total y la implementación de una zona de protección que requería que todas las partes retiraran el armamento pesado del frente de batalla. Mientras tanto, una caravana de camiones rusos llegó a la zona fronteriza sin la aprobación del gobierno ucraniano, esta ofensiva se entendió entonces como una violación del alto al fuego.
El 9 de diciembre de 2014, entró en vigor un nuevo alto el fuego entre el Ejército y los rebeldes del este. La tregua acordada en septiembre nunca se llegó a hacer 100% efectiva. Al mismo tiempo, las empresas rusas reanudaron el suministro de gas a Ucrania. Como en la ocasión anterior, las negociaciones entre Ucrania y los separatistas terminaron sin acercamiento y se volvió a reanudar el combate.
Con todos estos antecedentes, tanto Rusia como Ucrania, acogen con recelo este nuevo alto al fuego, y dudan que sea el definitivo, sobre todo teniendo en cuenta la postura de Putin, que ha asegurado que Rusia no es culpable de la crisis ucraniana y que ésta se ha generado tras los esfuerzos de Estados Unidos y de sus aliados occidentales para imponer su propia voluntad, países que, según el presidente ruso, se consideran a sí mismos como ganadores de la Guerra Fría.