Realizar la compra, planchar, cocinar o recoger a los niños pueden convertirse en misión imposible con los actuales ritmos de trabajo. Desde que la mujer se incorporara al mercado laboral, se ha generado una brecha entre el ámbito doméstico y la oficina a veces difícil de salvar. La cosa se complica si tenemos en cuenta […]
Dirigentes Digital
| 12 oct 2017
Realizar la compra, planchar, cocinar o recoger a los niños pueden convertirse en misión imposible con los actuales ritmos de trabajo. Desde que la mujer se incorporara al mercado laboral, se ha generado una brecha entre el ámbito doméstico y la oficina a veces difícil de salvar. La cosa se complica si tenemos en cuenta que España es uno de los países europeos en el que más horas se trabaja, una media de 1.690 al año, casi 300 más que en Alemania, Holanda o Francia, según la OCDE. Sin embargo, la productividad por hora trabajada (107,1 puntos) es muy inferior a la de algunos vecinos de referencia, como los alemanes (124,8) o los belgas (132,5). Las condiciones laborales tampoco son las idóneas; la jornada continua en España es todavía una anécdota en comparación con los que todavía mantienen la jornada partida, lo que se traduce en una hora como mínimo para comer y en salidas de la oficina a horas intempestivas. Los horarios divididos afectan al 45% de las personas con hijos a su cargo, con una media de 38 horas de trabajo semanales a tiempo completo. De hecho, nos encontramos en el puesto 22 de la Unión Europea y en el 126 de la clasificación mundial en relación a la flexibilidad de los trabajadores en el ámbito laboral, según el informe 2016 ‘Index of Economic Freedom’ de la Fundación Heritage. Puedes leer el reportaje completo aquí.