A través de un mercado electrónico (el primer mercado de tiempo del mundo), cualquier persona puede vender los minutos que le sobran. Pueden venderse como tiempo de atención para marcas y empresas, o pueden donarse para hacer voluntariado móvil, canalizando la capacidad disruptiva de la nueva economía colaborativa, en la transformación de realidades sociales. Fairtime […]
Dirigentes Digital
| 28 may 2015
A través de un mercado electrónico (el primer mercado de tiempo del mundo), cualquier persona puede vender los minutos que le sobran. Pueden venderse como tiempo de atención para marcas y empresas, o pueden donarse para hacer voluntariado móvil, canalizando la capacidad disruptiva de la nueva economía colaborativa, en la transformación de realidades sociales. Fairtime es gratuita y está disponible para sistemas operativos Android.
A través de esta app española, el usuario tiene la posibilidad de seleccionar el momento y el contenido que quiere ver en su móvil. Puede decidir qué es lo que le interesa y lo que no, y participar del valor que su tiempo de atención genera.
En el caso de las donaciones de tiempo, la app permite a las personas hacer voluntariado móvil, pequeñas acciones que se desarrollan desde el propio smartphone para ayudar a las ONGs.
La idea surgió de un grupo de personas con una amplia experiencia en el sector del marketing y la tecnología que decidieron sacarle provecho a esos pequeños tiempos muertos que se producen a lo largo del día y que hasta hoy no tenían utilidad.
"La paradoja del tiempo hoy es que, aunque todos tenemos una elevada actividad, se producen muchos momentos a lo largo del día que llamamos tiempos muertos, en los que probablemente hacemos una tarea que no requiere toda nuestra atención, por ejemplo un desplazamiento recurrente en transporte público, o una espera", dice Ignacio Linares, CEO de Fairtime.
"Las tecnologías de pujas en tiempo real (RTB) y Big Data, junto con la conectividad de un smartphone, nos permiten crear una plataforma que facilite el encuentro entre oferta y demanda en un activo de altísimo valor (siempre se ha dicho el tiempo es oro) pero cuyo trade hasta la fecha ha requerido de formatos rígidos, como soportes publicitarios en los medios convencionales, o contratos en la relación laboral", añade.