La planificación del ahorro de cara a la jubilación se ha convertido en el principal quebradero de cabeza de los ahorradores españoles que, a pesar de ser conscientes de la debilidad de su futuro financiero, no terminan de impulsar el mercado de planes de pensiones privados. Según el último Observatorio Caser Pensiones sobre las pensiones […]
Dirigentes Digital
| 05 dic 2014
La planificación del ahorro de cara a la jubilación se ha convertido en el principal quebradero de cabeza de los ahorradores españoles que, a pesar de ser conscientes de la debilidad de su futuro financiero, no terminan de impulsar el mercado de planes de pensiones privados. Según el último Observatorio Caser Pensiones sobre las pensiones en España, el 40 % de los consultados considera que la aportación de las empresas a planes de pensiones para sus trabajadores debería ser obligatoria, como sucede en otros países del entorno. Sin embargo, desde la perspectiva de las empresas, sólo el 25 % dice notar la demanda de los trabajadores.
Los expertos tienen claro que pese a la multitud de reformas sobre el sector, aún falta la vuelta de tuerca definitiva. Y aconsejan imitar otros modelos en el que el peso del Estado en el sistema de pensiones es muy inferior al del sistema nacional. Según los datos de la OCDE en su última edición del informe "Pension at a glance", el ahorro de los españoles en fondos de pensiones privados supone solo el 8,4% del PIB.
La cifra está muy por debajo de otros países europeos como Holanda, Islandia, Suiza, Reino Unido, Irlanda, Suecia o Portugal, por no hablar de EE UU; México, Chile o Japón. Y también muy por debajo de la media del 77% de los países analizados en el informe. Desde el Instituto BBVA Pensiones recuerdan que los ciudadanos de los países con bajo ahorro en pensiones privadas "tienen una gran parte de su jubilación cubierta por la pensión pública, es decir, la tasa de sustitución (la parte del último salario que cubre la pensión) es muy alta". Y eso es lo que ocurre en España.
La prestación pública de jubilación cubre el cerca del 74% del último salario recibido por el trabajador. "Algo que no ocurre en otros países del entorno, donde los sistemas privados, ya sean obligatorios o voluntarios, cubren una parte importante de estas necesidades, puesto que el sistema público es menos protector", aseguran los expertos. En los países de la OCDE, de media, el ahorro privado cubre el 27,4% del importe del último salario de sus ciudadanos en la jubilación (el 13,4% por el sistema obligatorio y el 14% por el sistema voluntario), porque el ahorro público no llega ni a la mitad de ese último salario.
Países con fuerte componente del sector privado para cubrir las necesidades en el retiro laboral, y con sistemas obligatorios son Holanda, Dinamarca, Israel, Islandia, Suecia, Suiza, Australia o Chile. Pero más allá del sistema obligatorio, en Reino Unido, Canadá, Bélgica, Alemania, EE UU o Irlanda, el sistema de ahorro voluntario en pensiones cubre en gran medida las necesidades de los ciudadanos en el momento de su jubilación.
Alemania como ejemplo
"Nuestro espejo debe ser Alemania", explica Sergio Míguez, profesor del IEB en una reciente presentación. "Allí han profundizado mucho en el sistema de pensiones, reduciendo la elevada dependencia del sistema público". Y recuerda además que el perfil del inversor germano se parece mucho más al español que el de Reino Unido o EE UU, países en los que los horizontes temporales son más largos y los productos de ahorro representan una enorme diversidad de agentes, a diferencia de en España, donde el 90% de ellos se distribuye a través de las redes bancarias.
Tanto en EE UU como en Reino Unido existen las llamadas figuras de planes de ahorro individual, a menudo ligadas a la cobertura de la jubilación, como las conocidas IRA o los planes de empleo 401 en EE UU y las cuentas individuales ISA, combinables con pensiones personales en Reino Unido. Todos ellos cuentan con una fiscalidad favorable. Por ejemplo, los ISA, permiten a los ahorradores británicos hacer aportaciones anuales de hasta 15.000 libras invertibles en una amplia gama de productos como acciones, bonos, vehículos de fondos, cash, etc. "Nada comparable al tímido intento del Plan de Ahorro 5 que se ha creado en España", critican los expertos.
Pero el modelo a seguir es el alemán, donde el perfil del ahorrador también es conservador y la seguridad de la inversión sigue siendo el factor más importante frente al objetivo de altas rentabilidades. El país inició sus reformas en 2001 a través del conocido como sistema Riester, creando un nuevo sistema de ahorro complementario mediante pensiones privadas, tanto de empleo como individuales. Y no solo con incentivos fiscales. También se crearon subsidios (básicos y familiares por hijos) mediante la aportación pública directa a las cuentas de pensiones.
Estos subsidios solo se aplican a los ahorradores que aporten un 4% de sus ingresos a estas cuentas. Además, se incentivaron los planes de empleo, extendiendo el modelo a los oficios, autónomos y trabajadores por cuenta propia, permitiendo aportaciones anuales de hasta 20.000 euros o 40.000 en el caso de matrimonios, con una deducción parcial de impuestos considerándolas como gastos extraordinarios. La deducción fue del 76% en 2013, pero ascenderá progresivamente hasta el 100% en 2025.