Holanda fue uno de los primeros fundadores de la UE y ahora le toca liderar un turno en el que en materia económica tendráque buscar un equilibrio entre el crecimiento económico y el cumplimento del Pacto de Estabilidad y de forma paralela seguir dando pasos hacia la Unión Monetaria, uno de los proyectos clave para […]
Dirigentes Digital
| 03 ene 2016
Holanda fue uno de los primeros fundadores de la UE y ahora le toca liderar un turno en el que en materia económica tendráque buscar un equilibrio entre el crecimiento económico y el cumplimento del Pacto de Estabilidad y de forma paralela seguir dando pasos hacia la Unión Monetaria, uno de los proyectos clave para el equipo de Jean-Claude Juncker.
Holanda se caracteriza por ser un país de negocios y socialmente responsable. Esa serála filosofía que intentaráfiltrar en sus seis meses de Presidencia europea. Para ello ha identificado áreas concretas a las que dar un impulso hasta junio de 2016, entre las que destaca situar a la UE en un lugar privilegiado a nivel mundial en innovación y creación de empleo, además de conseguir una unión monetaria y energética.
Hay pocas novedades en su programa para los próximos seis meses en Europa. Sin embargo, Holanda pretende centrarse en la implementación de las decisiones que se toman a nivel europeo. Los Países Bajos quieren volver a centrar al ciudadano en la política comunitaria y para ello es fundamental no sólo que los Veintiocho aprueben directivas sino que se vea quién y cómo las cumple. «La gente estácansada de ver que se aprueban directivas europeas si finalmente no llega a verse un resultado a nivel nacional», reconocían fuentes del Gobierno holandés.
En términos económicos muchos de los esfuerzos irán encaminados hacia la Unión Económica y Monetaria, especialmente en lo que se refiere a reformas y consolidación fiscal, la profundización en el mercado único y la gobernanza. El Consejo tendrá que decidir en ese sentido sobre la propuesta de la Comisión Europea de crear un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés) para toda la eurozona.
La Comisión propuso en noviembre que los bancos realicen aportaciones a un sistema de garantía de depósitos para proteger a los consumidores. La propuesta, presentada en tres etapas a finalizar en 2024, pide que cada banco nacional aporte al sistema europeo según el riesgo que suponga su entidad. Sería obligatorio para todos los Estados miembros de la zona euro, cuyos bancos ya están cubiertos actualmente por el Mecanismo Único de Supervisión, aunque el objetivo es ampliarlo aún más y abrirlo a otros países de la UE que quieran sumarse al proyecto de la unión bancaria.
Por tanto, la UE estima que ya no se utilice dinero de los contribuyentes (como se hacía hasta ahora) para rescatar a los bancos. A partir de ahora, las pérdidas tendrán que ser asumidas por los titulares de bonos de los bancos afectados.
En este contexto, Holanda también priorizará la Unión de Mercados Capitales. En noviembre el Consejo apoyóseis áreas prioritarias para avanzar, como la eliminación de barreras injustificadas entre países fronterizos en términos de inversión o la diversificación de fuentes de financiación para apoyar la financiación de infraestructuras y de pymes. Se espera que la Presidencia holandesa ahonde en este proyecto dada su estructura económica basada principalmente en pequeñas y medianas empresas.
Paralelamente la Comisión tendráque presentar la nueva normativa MIFID II. La Directiva podría estar lista para su presentación a principios de 2016, aunque tendráque ser aprobada por el Consejo Europeo posteriormente. Se estima que podría ponerse en marcha en 2018, un año más tarde de lo previsto tras las presiones del sector para poder ajustare técnicamente a los nuevos requerimientos.
Otro de los grandes retos serála lucha contra la evasión fiscal. En este apartado la presidencia holandesa buscaráarmarse de transparencia y tomar una decisión sobre el Proyecto de la OCDE para la lucha contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS por sus siglas en Inglés). La iniciativa dota a los distintos Estados de soluciones para evitar que los beneficios de las empresas puedan ser trasladados a otros países donde desarrollan una escasa o inexistente actividad económica.
Según la OCDE, las estimaciones más prudentes indican que los resultados de BEPS se traducen en unas pérdidas globales de recaudación en el ámbito del impuesto sobre sociedades de entre el 4% y el 10%. Sin embargo, no se prevéuna decisión fácil dado que decisiones como ésta requieren de la unanimidad de todos los Estados miembros. En esta misma línea, Holanda tendráque dar respuesta a cómo atajar la cuestión del IVA no recaudado en un año en que la Comisión publicarálos resultados de sus investigaciones a multinacionales como Google o Apple por abuso de posición dominante y evasión de impuestos en Europa.