White, elegida como presidenta de la SEC (Securities and Exchange Commission) por Barack Obama, ha tenido que luchar con numerosas batallas internas en un organismo formado por consejeros republicanos y demócratas. Llegó al supervisor en 2013, un duro momento en el que el organismo estaba seriamente en entredicho por su fracaso para detectar los abusos de […]
Dirigentes Digital
| 16 nov 2016
White, elegida como presidenta de la SEC (Securities and Exchange Commission) por Barack Obama, ha tenido que luchar con numerosas batallas internas en un organismo formado por consejeros republicanos y demócratas. Llegó al supervisor en 2013, un duro momento en el que el organismo estaba seriamente en entredicho por su fracaso para detectar los abusos de Wall Street en el período previo a la crisis financiera. La ley Dodd-Frank ha sido uno de sus principales caballos de batalla, poniendo especial atención a la evolución y las prácticas que se producían en el sistema financiero del país, con un mayor esfuerzo en normativas para impulsar la protección de los inversores. Hacer la industria de fondos “más resistente” también ha sido uno de sus principales objetivos, ante el temor entre los reguladores mundiales que un sector que mueve billones de dólares se convirtiese en un riesgo sistémico para el sistema financiero global. La reforma de los monetarios Entre las medidas más destacadas, se sitúa la reforma de los fondos monetarios, una industria que mueve cerca de 3 billones de dólares en EEUU. La principal novedad de la norma que rige el mercado desde el pasado 18 de noviembre, es que estos productos han pasado de contar con un NAV estable de 1 dólar a un valor liquidativo variable. El objetivo de la SEC (la CNMV estadounidense) es evitar que en momentos de estrés que pueden reducir los niveles de liquidez en el mercado de renta fija, el valor de las participaciones en estos fondos pueda variar más allá del dólar constante que regía hasta ahora. Un dólar cuyo límite rompió en septiembre de 2008 el Reserve Primary Fund, un fondo de inversión de 46.000 millones de euros, que, por sus inversiones en deuda de la recién quebrada Lehman Brothers, anunciaba para el asombro y pánico de sus inversores, que sólo pagaría 97 céntimos por cada dólar. Los reguladores quieren dejar claro a los inversores que los monetarios, por muy parecidos en cuanto a riesgo que sean con otros productos como los depósitos bancarios son, al fin y al cabo, ‘mutual funds’, por lo que las inversiones no están garantizadas. El organismo también ha intentado que las gestoras realicen sus propios test de estrés para los fondos de inversión que comercializan. Sin embargo, el esfuerzo de tiempo y costes que supondría enviar todos estos datos a los reguladores ha provocado el rechazo en bloque del sector al considerar que no pueden ser tratados como entidades de riesgo sistémico. El objetivo es medir el riesgo de estos productos ante posibles momentos de tensión en el mercado, que podrían generar problemas de liquidez y dificultades para mantener los posibles reembolsos a los inversores, tal y como ocurrió a finales del pasado año con algunos fondos de high yield tras el colapso de un producto de esta categoría de Third Avenue, o con los fondos inmobiliarios en Reino Unido que cerraron sus puertas al no poder hacer frente a las peticiones de reembolsos de los inversores tras el Brexit. Y el sustituto será… Aunque es pronto para adivinar quién será su sustituto, algunos nombres empiezan a sonar, también conscientes los expertos de que Donald Trump no tendrá mucha dificultad para los nuevos nombramientos en esta clase de instituciones, siendo el Congreso también republicano. Según maneja Bloomberg, algunos de los nombres que suenan para sustituir a White, se sitúan en sitio preferente Paul Atkins, que es precisamente quién ayudará a Trump durante el proceso de transición en el organismo, y reconocido por su pensamiento conservador. También se baraja el posicionamiento de Ralph Ferrara, miembro actual de la SEC, y el fundador de la firma SkyBridge Capital Anthony Scaramucci, que también está en el comité ejecutivo del equipo de transición de Trump.