Reino Unido es clave para la economía de España. El próximo 23 de junio los británicos decidirán si permanecen en la Unión Europea. Las consecuencias de un voto a favor de la salida del club de los 28 serían profundas pero todavía difíciles de cuantificar. Los organismos internacionales han detallado impactos negativos para la economía […]
Dirigentes Digital
| 27 may 2016
Reino Unido es clave para la economía de España. El próximo 23 de junio los británicos decidirán si permanecen en la Unión Europea. Las consecuencias de un voto a favor de la salida del club de los 28 serían profundas pero todavía difíciles de cuantificar. Los organismos internacionales han detallado impactos negativos para la economía británica y europea y un temor a que se desate una tormenta financiera. España está muy expuesta a que se produzca el temido Brexit. No en vano, Reino Unido es el cuarto mercado para las exportaciones de productos españoles, que representan el 7,3% del total. Pero además su importancia crece exponencialmente si se tiene en cuenta que además es una de las pocas economías con las que mantiene un superávit comercial por valor del 1,3% del PIB.
Una eventual salida del Reino Unido tendría un efecto inmediato para la economía española. Los expertos vaticinan que de producirse habría una fuerte depreciación de la divisa respecto al euro que haría que se encareciesen los productos españoles. Los principales sectores que se verían más afectados serían el transporte (automóviles, trenes y aeronáutica) y el alimentario (frutas y verduras).
El siguiente problema que se plantearía es si las exportaciones españolas sufrirían a medio plazo una penalización por la reordenación del marco regulatorio. La pertenencia a la Unión Europea facilita el comercio entre los Estados miembros.
Estos dos factores se amplifican para las empresas españolas con presencia en el Reino Unido. Según el ICEX, más de 250 compañías tienen filiales en el país. La depreciación de la libra supondría un impacto significativo en los beneficios y la incertidumbre regulatoria que se abriría supondría un lastre para la actividad.
Bancos votan por la permanencia
Pese al desafío que supondría, la gran empresa española ha manifestado su intención de seguir apostando por el mercado británico, pero con excepciones. Telefónica está planeando su salida con la venta de su filial O2, después de adquirir hace diez años la compañía. Pero el resto seguirán en el país, aunque no esconden que desde el punto de vista empresarial lo mejor es que Reino Unido siga formando parte de la Unión Europea. Ana Patricia Botín, presidenta de Banco Santander, se manifestó de esta manera en un foro financiero internacional. "Independientemente de lo que decidan vamos a estar allí aunque yo creo que Reino Unido debe seguir en la UE, no podemos pensar que se van a marchar y nada va a pasar, yo tengo confianza que se tendrán en cuenta las cosas importantes", dijo la banquera. A cierre del primer trimestre de 2016, el mercado británico aportaba el 23% del beneficio atribuido del grupo, siendo la región más importante para el banco.
El otro banco español con fuertes intereses en las islas es el Banco Sabadell después de la adquisición de la filial de Lloyd’s TSB. Josep Oliú, presidente de la entidad, minimizó los riesgos en su última comparecencia pública: "Nuestro negocio es puro retail, no hacemos mercados mayoristas, grandes corporaciones… no estamos expuestos a grandes riesgos estructurales". Pero sí mostró su preferencia para que el Reino Unido se quedará dentro: "La alternativa más probable es quedarse en la UE, cuanta mayor estabilidad, mejor para el banco".
Todos los expertos coinciden en señalar que el sector bancario español es uno de los más expuestos al Brexit. Aparte de las dos entidades señaladas, muchas otras tienen intereses o inversiones en el país. Oficinas de representación, cuentas corporativas y banca privada obligan a las empresas financieras a estar en el principal mercado de capitales de Europa.
Desde Fitch ya han advertido de este riesgo para el sector bancario español, cuya exposición a la posible salida triplica la de la media de la UE. Según el Banco Internacional de Pagos, la exposición a activos británicos se eleva hasta los 480.000 millones de euros, prácticamente la mitad del PIB. Una cifra que solo es superada por los bancos estadounidenses y alemanes.
Menos ingresos por turista
El turismo sería, sin duda, otro de los sectores más perjudicados. No solo se trata de que el flujo de personas se reduzca y afecte a ambos países. Si tenemos en cuenta la depreciación de la libra, provocada por la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea, España ingresaría menos por cada turista británico.
Si antes con 800 libras gastadas en España el país recibía 1.150 euros, con la devaluación de la moneda británica la recaudación sería de 150 euros menos. Es decir, aparte de descender la llegada de turistas desde el país que más aporta, con 15 millones el último año según datos del INE, cada uno de estos dejaría menos dinero que antes. Esto se debería a la depreciación de la moneda británica, la cual se estima que perdería en torno a un 13% de su valor si tiene lugar el Brexit.
Además, hay que tener en cuenta que con la pérdida de poder adquisitivo por parte de los británicos, al devaluarse la moneda, a estos les saldría más caro viajar a los países europeos. Esto podría provocar un claro descenso del número de visitantes del Reino Unido en España y sería un duro golpe para uno de los sectores que mejores resultados registra en España.
También habría que pensar en qué pasaría con los españoles residentes en Reino Unido. Aquellas personas que viajaron a territorio británico para labrarse un futuro laboral cuentan con las comodidades de que el país pertenezca a la Unión Europea. Sin embargo, ¿qué pasaría si se produjera el Brexit?
Muchos son los que creen que ventajas como las de trabajar sin necesidad de un visado, de recibir asistencia gratuita en el Servicio Nacional de Salud o de tener acceso a las prestaciones sociales podrían desaparecer si se consuma el Brexit, aunque esto no es seguro.
El propio ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo, ha admitido que los más de 200.000 españoles residentes en el Reino Unido podrían perder los beneficios que les conceden los tratados europeos.
Por el lado contrario, los británicos en España se quedarían en una delicada situación. Hasta un millón de británicos residen buena parte del año en España, principalmente personas con mayor edad quedarían expuestos a perder los derechos de acceso al sistema de la Seguridad Social por ser ciudadanos europeos.
España, en sectores estratégicos
La inversión española en los últimos años ha destacado por posicionarse en sectores estratégicos. Iberdrola ha pasado a ser una de las principales empresas energéticas del país, tras adquirir ScottishPower. Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, comentó en la última presentación estratégica: "Entendemos que la pertenencia al mercado común beneficia a Gran Bretaña, sea cual fuere el resultado, Iberdrola seguirá siendo una de las grandes empresas de Gran Bretaña, con activos por valor de 30.000 millones de euros e inversiones de 2.000 millones de euros al año".
Las constructoras españolas también tienen fuertes intereses en construcción de infraestructuras y concesiones. Ferrovial opera el gran aeropuerto de Heathrowy de Glasgow, Aberdeen y Southampton. ACS y FCC también tienen una destacada presencia en Reino Unido. El grupo que preside Florentino Pérez cuenta con importantes contratos en servicios de limpieza y en construcción, como la nueva línea de cercanías a Heathrow, junto con Ferrovial.