Si a finales de 2020 nos sorprendía las cotizaciones a las que estaba llegando la criptomoneda más veterana, que por ejemplo a principios de diciembre diciembre estaban alrededor de los 19.000 dólares, la carrera alcista a la que estamos asistiendo en 2021 ha dejado a muchos asombrados. Fuente: Invesnting Y es que en tan solo […]
Si a finales de 2020 nos sorprendía las cotizaciones a las que estaba llegando la criptomoneda más veterana, que por ejemplo a principios de diciembre diciembre estaban alrededor de los 19.000 dólares, la carrera alcista a la que estamos asistiendo en 2021 ha dejado a muchos asombrados.
Fuente: Invesnting
Y es que en tan solo un año, bitcoin ha pasado de los 7.000 dólares a los actuales casi 58.000 dólares, y eso sí, pasando por máximos como los más de 61.000 dólares que vimos a mediados del mes de marzo.
Fuente: Investing
Para muchos expertos, no hay duda de que las criptomonedas, y más concretamente bitcoin, han llegado para quedarse, debido a que poco a poco, incluso los inversores más tradicionales comienzan a introducirlas en sus carteras de inversión. Pero no solo eso, sino que la apuesta de grandes del mundo empresarial como la magnate de Tesla Elon Musk por ella, ha hecho que muchos vean cada vez a bitcoin con mejores ojos.
Con todos estos acontecimientos favorables encima de la mesa, y a pesar de que desde la CNMV y el BDE apuntan a la cautela ante la alta volatilidad de la inversión “cripto”, la duda sobre si las carteras institucionales terminarán cediendo al furor de bitcoin comienza a hacerse cada vez más visible.
Para Xi Chen, gestora de fondos multiactivos, y Ben Popatlal, estratega de multiactivos de Schroders, “en general, los inversores institucionales se han mantenido al margen del bitcoin como activo de inversión durante los diez primeros años. Pero el bitcoin (y los criptoactivos en general) siguen reclamando la atención del mundo. Sin duda, motivados por las rentabilidades meteóricas del último año, los inversores institucionales se plantean si ha llegado el momento de entrar en acción”.
De hecho, para Sergio Valenzuela, experto y analista independiente, no hay ninguna duda de que los inversores institucionales darán este paso a bitcoin, y expresa que ya lo están haciendo algunos.
“Hace pocos días, Morgan Stanley registraba ante la SEC una propuesta de cambio en sus políticas de inversión respecto a doce de sus fondos institucionales, cambios referentes a una posible exposición a bitcoin.En la misma línea, el pasado mes de enero, el gigante BlackRock presentó documentación similar para dos de sus fondos”, explica.
Por otro lado, el experto señala que otros gigantes como Fidelity o Intercontinental Exchange (ICE) vía Bakkt, “ya ofrecen fondos y productos relacionados con Bitcoin dirigidos a clientes cualificados”, y añade: “Goldman Sachs con un lanzamiento próximo, también sobre futuros, o JPMorgan, con una cesta de acciones de empresas relacionadas con bitcoin tampoco quieren perder la oportunidad de hacer frente a la creciente demanda de sus clientes”.
Y es que parece que bitcoin, explica Valenzuela, no solo es una opción muy atractiva a la hora de diversificar carteras, sino que también lo es “por la rotunda revalorización de bitcoin frente al dinero fiat a lo largo de estos años. No hay que olvidar que estamos ante un activo con más de 10 años de antigüedad”.
El entendido Sergio Valenzuela recalca que al comunicado de la CNMV y el Banco de España, donde piden cautela con respecto a la inversión en bitcoin por por la “extrema volatilidad, complejidad y falta de transparencia que las convierten en una apuesta de alto riesgo”, hay que añadirle el hecho de que existe una falta evidente de vehículos de inversión claros con una situación regulatoria “todavía incierta”.
“Tampoco podemos olvidar que España dista mucho de situarse a la vanguardia del sector financiero. Si sumamos lo poco “friendly” del ecosistema, tenemos la situación de incertidumbre actual”, explica el analista independiente.
En lo que a la regulación respecta, en Schroders, consideran también que sin duda, el bitcoin se dirige hacia una mayor regulación.
“Debido a su naturaleza descentralizada, el bitcoin y otros criptoactivos que utilizan la tecnología de cadena de bloques pública son difíciles de regular directamente. Por lo tanto, los reguladores tendrán que utilizar medios indirectos para obtener cierto control sobre el mercado. Creemos que eso significa, casi con toda seguridad, regular los intercambios y las plataformas en línea donde se pueden comprar y vender bitcoins y otros criptoactivos. A medida que los reguladores vayan entrando en escena, es inevitable que se produzca una consolidación en el mercado y la aparición de proveedores dominantes de servicios relacionados con el bitcoin”, puntualizan.
Para Schroders, bitcoin tiene una elevada relación rentabilidad/riesgo, “lo que significa que se puede comparar con otros activos, pero tiene una alta volatilidad que no todos los inversores podrán soportar.Hasta ahora también tiene una baja correlación con otras clases de activos, lo que lo convierte en un “diversificador” aparentemente atractivo. Pero creemos que las propiedades diversificadoras del bitcoin son exageradas. Una combinación de flujos de rentabilidad estadísticamente no correlacionados no constituye una cartera diversificada. Además, cuando un activo se utiliza de forma táctica, en lugar de mantenerse en la cartera a largo plazo, sus propiedades estadísticas son algo menos significativas en un contexto práctico. Por tanto, como cobertura contra los riesgos existentes en la cartera, el bitcoin sigue siendo poco fiable por ahora”, explican.
Entidades depositarias de digital assets en España, una necesidad
Tal y como expresa Valenzuela, en España se hacen necesarias entidades depositarias de digital assets que se ajusten a la legalidad. Estas resultan clave a la hora de facilitar el proceso de adopción de la mano del regulador, permitiendo de esta forma, la tranquilidad del inversor, como es el caso de “Bakkt (ICE) con licencia a tales efectos por el Estado de New York”.
“Hasta la fecha, España se ha situado a remolque de organismos e instituciones europeas, lo que no deja de ser una lástima. Con esto trato de advertir que es una pena no tratar, al menos, de aprovechar la oportunidad que tenemos ante nosotros frente a un ecosistema totalmente en auge. Pronto no sólo el sector financiero cambiará para siempre. Debemos preguntarnos si queremos ser un referente o mantenernos a la cola, como suele ser lo habitual”, precisa el experto.
Un necesario análisis exhaustivo
Desde Schroders han realizado su propio análisis para responder a la pregunta de si Bitcoin tiene lugar en las carteras institucionales.
De esta manera y, entre otras afirmaciones, desde la gestora explican que “bitcoin está muy lejos de ganarse su fama de activo seguro como lo ha sido el oro durante miles de años” y añaden: “Podría parecer estructuralmente una cobertura contra la inflación debido a su oferta deflacionaria, pero no ha pasado la prueba del tiempo como lo ha hecho el oro. Debido a nuestras reservas sobre la capacidad del bitcoin para actuar como instrumento de cambio, tampoco creemos que deba ser tratado como una moneda por los inversores. La clasificación como materia prima es más apropiada, y establecemos comparaciones con la agricultura y otras materias primas que tienen condicionantes de riesgo y rentabilidad impredecibles. No obstante, creemos que la descripción de inversión más honesta y pragmática del bitcoin por ahora es que se trata de una herramienta de generación de rentabilidad con patrones de comportamiento impredecibles y relaciones imprevisibles con otras clases de activos”.
“Todavía estamos en la fase de aprendizaje con respecto al bitcoin y sus comparables, y no incluiremos un activo en nuestras carteras sin una investigación y un razonamiento exhaustivos”, precisan los entendidos de la gestora.