La inversión de impacto es un segmento dentro de la inversión con criterios ESG que busca cambios notables a través de la inversión. Recientemente, Impact Bridge, con solo tres años de vida, ha conseguido ser SGIIC y destaca por dedicarse a la inversión de impacto de calidad. Impact Bridge acaba de aterrizar en España y […]
La inversión de impacto es un segmento dentro de la inversión con criterios ESG que busca cambios notables a través de la inversión. Recientemente, Impact Bridge, con solo tres años de vida, ha conseguido ser SGIIC y destaca por dedicarse a la inversión de impacto de calidad.
Nacimos hace tres años en España con el propósito de convertir a Impact Bridge en una gestora de referencia en la inversión de impacto de calidad. Nuestro plan estratégico contemplaba desde el principio la transformación de la sociedad en SGIIC como recientemente hemos hecho.
Las principales características que definen a Impact Bridge son cinco:
La definición de inversión de impacto dice que es aquella que se realiza en compañías, organizaciones y fondos con la intención de obtener de forma simultánea un impacto social y/o medioambiental intencionado, medible y beneficioso unido a un retorno financiero positivo.
En Impact Bridge nos caracterizamos por nuestra especialización en la inversión de impacto de calidad. Ello se traduce en nuestro alto nivel de exigencia en cuanto a la intencionalidad; la adecuada identificación del beneficiario último y el beneficio social o medioambiental que se genera; y la correcta medición y trazabilidad del impacto obtenido, que nos llevan a excluir, desde el punto de vista del impacto, un importante número de oportunidades de inversión que se nos presentan.
Además, un elemento distintivo de Impact Bridge reside en nuestras capacidades de análisis, en donde incluimos un concepto crítico para nosotros, la “adicionalidad”. Consiste en el “impacto marginal” que una inversión debe ofrecer, entendido como el impacto obtenido por invertir un nuevo euro en una determinada estrategia o inversión directa. Buscamos que el dinero de nuestros clientes genere el mayor impacto posible por unidad de rentabilidad obtenida y riesgo asumido.
Impact Bridge recoge en su plan estratégico de largo plazo el aumento de nuestra gama de producto de impacto de calidad.
Nuestros estándares de exigencia, tanto de rigor profesional como de impacto auténtico de calidad, precisan de un crecimiento ordenado. Tenemos identificados los próximos productos y oportunidades de impacto que queremos abordar y que iremos lanzando a lo largo de los próximos años.
El proceso de selección de inversiones que llevamos a cabo en Impact Bridge tiene un marcado carácter de continuidad: monitorizamos más de 500 fondos de impacto, un número que no deja de crecer. Además del equipo gestor, nuestros comités de inversión y de impacto tienen un importante papel a la hora de generar y evaluar nuevas oportunidades de inversión.
En la selección de fondos aplicamos dos lentes independientes, una financiera y otra de impacto. Desde que una idea llega a nuestro universo de potenciales inversiones hasta que se produce la inversión transcurren normalmente varios meses. Partimos de un análisis introductorio, seguido de un análisis intermedio sobre la idoneidad de la inversión y finalmente realizamos un análisis en profundidad financiero y de impacto. Por último, las ideas se presentan a los oportunos comités que deben aprobarlas. Una vez validadas, son los gestores quienes deciden el momento y la cuantía exacta de la inversión.
Ban Ki-moon, ex-Secretario General de la ONU, afirmó en 2015: “Somos la primera generación capaz de acabar con la pobreza, y la última generación que puede dar los pasos necesarios para evitar los peores impactos del cambio climático”.
La inversión de impacto no es una solución mágica pero sí una herramienta muy útil y necesaria. Bien implementada, con un adecuado análisis de idoneidad y adicionalidad, puede aumentar el alcance, la efectividad y el volumen de los recursos globales dedicados a la lucha contra los grandes desafíos de la humanidad, como el cambio climático o la falta de acceso a recursos y servicios básicos.
Desafortunadamente la filantropía tradicional y la inversión pública se han mostrado insuficientes para abordar estos problemas. La inversión de impacto es complementaria a estas últimas por ser:
La carencia de concienciación complica los avances en sostenibilidad
Las inversiones de impacto alcanzan los 229 millones de euros en 2019 en España