El mercado está viviendo uno de sus peores años en la última década y todo apunta a que se terminará el año con caídas. Pero, para David Galán, analista y director programa de bolsa EF Business School, lo peor puede estar ya descontando y esta caída no será un nuevo crack bursátil. Nos adentramos en […]
El mercado está viviendo uno de sus peores años en la última década y todo apunta a que se terminará el año con caídas. Pero, para David Galán, analista y director programa de bolsa EF Business School, lo peor puede estar ya descontando y esta caída no será un nuevo crack bursátil.
El mercado ha ido reflejando el temor a una inflación fuera de control que ha acabado a los bancos centrales a subir tipos y cambiar a un mensaje mucho más "hawkish", eliminando el discurso de que la inflación era transitoria. El panorama económico parece complejo de cara a final de año y 2023, pero debemos tener en cuenta que en gran parte lo que hoy sabemos ya está descontando en los precios.
Partiendo de la idea de que nadie sabe lo que hará la bolsa y que debemos seguir un método con reglas claras y no invertir en base a opiniones sobre el mercado, voy a compartir cuál es el escenario más probable que venimos reiterando desde finales del año pasado en Bolsa General.
Comentamos desde noviembre de 2021, que era probable una corrección o ajuste de la gran subida vertical de las bolsas, desde mínimos de marzo de 2020 hasta los máximos de finales de 2021. Existían muchos nubarrones en el horizonte especialmente a nivel macro y varios de los semáforos de inversión o chivatos que seguimos, se nos pusieron en rojo, como la curva de tipos o la línea AD.
En nuestra opinión lo más probable era una corrección en forma de zigzag para consolidar durante muchos meses, con poca probabilidad de recuperación en V (no como la que vimos en 2020 que fue muy rápida). Consolidación que serviría para purgar el exceso de optimismo y provocaría la salida de muchos de los nuevos inversores que entraron al calor de las subidas o con los cheques en EEUU durante final de 2020 y principios de 2021. No creo que estemos ante un nuevo crack del 29 ni que vayamos a ver un mercado tipo 2000, aunque nunca me cierro a ningún escenario. Hay gran pesimismo y un gran número de inversores muy negativos, lo que provoca que en cuanto el mercado cae unas semanas, se generan niveles de pesimismo extremo que traen recuperaciones bursátiles. Debemos tener en cuenta que el mercado no empieza a subir cuando todo va bien, si no cuando todo va muy mal pero el mercado descuenta que lo peor ya está descontado y en un año las cosas estarán mejor.
Deben seguir un método que gestione el riesgo. Se gestiona el riesgo de diferentes formas: aumentando liquidez, disminuyendo inversiones, invirtiendo en sectores defensivos, seleccionando bien las empresas en las que ponemos el capital o incluso cubriendo la cartera con productos derivados(esto solo recomendable para inversores formados o profesionales). Recordemos eso sí, que la incertidumbre en los mercados es una constante. En los casi 20 años que llevo en Bolsa, siempre ha habido incertidumbre y siempre la habrá. Ante esto, lo único que podemos hacer es aplicar un método con reglas claras que ponga las probabilidades a nuestro favor y gestionar el riesgo, alejándonos del ruido.
Creo que a la tecnología o al sector tecnológico (ya que la tecnología está ya presente en casi todos los sectores), le queda cuerda. Estamos rodeados de tecnología y hay empresas tecnológicas que siguen con muy buenas previsiones de futuro como Microsoft, Alphabet, semicondudctores o casi todo el sector de ciberseguridad. Las acciones de crecimiento siempre son atractivas, pero con una advertencia importante. Siempre y cuando no se pague demasiado por ese crecimiento futuro. Comprar compañías growth cuando el mercado está deprimido y las expectativas son mucho más bajas, suele ser rentable. Comprar acciones growth cuando ese crecimiento ya está descontado y están a múltiplos de valoración exagerados (muy por encima de sus medias históricas) suele no ser rentable y es peligrosísimo.
Los sectores cíclicos siempre tienen su momento y ahora están viviendo un buen momento, pero no debemos olvidar que como su nombre indica, son industrias cíclicas, que durante períodos de crisis suelen pasarlo muy mal y son más volátiles que la media. Es habitual que las acciones cíclicas durante mercados bajistas puedan caer un 80% respecto a una caída del 30% o 35% del mercado en general. Al invertir en industrias cíclicas es vital acertar con el timing en la entrada y en la salida. La mayoría de inversores invierten en este tipo de compañías sin saber lo que supone.
Personalmente estoy más cómodo con una mezcla entre acciones de crecimiento, calidad y defensivas.
En cuanto los tipos de interés se estabilicen, creo que podría volver el apetito por acciones tecnológicas y por las growth, que han sufrido ya una caída histórica.
Subir tipos no es malo per se. De hecho el mercado históricamente suele subir durante la primera fase de subida de tipos. El problema actual es la velocidad en la subida y que probablemente estas prisas vienen por estar negando el problema de la inflación durante muchos meses dejando que se disparase. El mercado no se ha asustado por subir tipos al 3% (esto no suele ser preocupante), si no por la velocidad de la subida y el riesgo de hiperinflación. Además combatir la inflación podría acabar en recesión importante. La Fed no puede soplar y sorber a la vez y finalmente ha elegido hace meses, combatir la inflación, aunque esto pone en riesgo la economía y la pujanza bursátil. Pero a pesar del discurso más agresivo, yo creo que todo está medido, para hacer el menor daño posible a la economía e incluso a las bolsas, que tampoco han caído tanto desde máximos históricos. Si ha afectado mucho a los activos de mayor riesgo, como acciones growth, criptodivisas o a las acciones chinas (por todo el conflicto geopolítico y el riesgo de delisting).
Lo más importante es tener un método que te aisle del ruido. No se debe operar en base a noticias, opiniones o corazonadas, que es lo que desgraciadamente hace la mayoría. Es muy muy difícil abstraerse del ruido y guiarse por unas reglas claras previamente establecidas. Además es importante no caer en los numerosos sesgos cognitivos que amenazan la obtención de buenos resultados en la Bolsa. Hay muchísimos efectos psicológicos que nos perjudican como el sesgo doméstico (invertir solo en las acciones que conoces, especialmente las de tu país) o el sesgo de confirmación, que diría que se ha multiplicado en estos tiempos de las Redes Sociales (consiste en solo consumir y buscar información que nos dé la razón y reafirme nuestras creencias). Este sesgo es muy peligroso en Bolsa, ya que elimina la flexibilidad, algo vital en el mercado. En los mercados no hay que adivinar lo que va a pasar para ganar dinero. Hay que dominar las 3 patas de la inversión para tener éxito: reglas operativas, gestión del riesgo y psicología. En el Curso de Bolsa General online nos enfocamos en esos 3 aspectos clave y es algo en lo que también vengo haciendo mucho hincapié en los 11 años que llevo formando inversores en A Coruña.
Voy a enumerar 5, aunque hay muchos más.