En los últimos seis años, la situación del Euribor se mantuvo más o menos estable en el entorno del -0,15-0,30. Una situación favorable para aquellos que pedían préstamos, especialmente hipotecas a tipo variable, pero no tanto para la banca. Los bancos se vieron con menos margen de beneficios con cada crédito concedido y eso lastró […]
Tipos de interésEn los últimos seis años, la situación del Euribor se mantuvo más o menos estable en el entorno del -0,15-0,30. Una situación favorable para aquellos que pedían préstamos, especialmente hipotecas a tipo variable, pero no tanto para la banca. Los bancos se vieron con menos margen de beneficios con cada crédito concedido y eso lastró su rentabilidad. Ahora, con el Euribor por encima del 2% la situación se ha dado completamente la vuelta. Por eso, cabe preguntarse si esta situación, que a priori parece positiva para las entidades bancarias, es algo bueno o es un regalo envenenado.
En el lado positivo, como parece a simple vista, esta subida les permite tener un mayor margen de beneficios y conseguir ser empresas más rentables. “La incipiente subida de tipos de referencia, plasmada en el avance del Euribor, supone un avance claro en el margen de intereses bancario y por lo tanto en sus resultados”, explica Antonio Castelo, analista de iBroker.es.
Sin embargo, hay dos factores negativos que les pueden afectar, tal y como señala el experto. “En primer lugar, que las subidas de tipos van a generar un episodio de recesión que va a atacar a las principales zonas económicas del mundo y especialmente con mayor dureza a Europa y en segundo lugar la implantación de un impuesto por parte del Estado para gravar los mayores ingresos (y beneficios) obtenidos por los bancos debido a ese aumento de los tipos de interés. Se calcula que el impacto del impuesto pueda suponer entre un 35% y un 55% de las ganancias que los bancos obtengan por efecto de las subidas de tipos”, argumenta.
En cuanto al primer punto, el del escenario de recesión, surge una consecuencia directa de ello: los impagos. Las hipotecas a tipo variable se han disparado. Así, hipotecas que a principios de año están en los 500 euros mensuales, ahora rebasan los 600 euros. Esto, en un contexto de recesión, puede aumentar el ratio de morosidad y los impagos de los clientes. Aunque, según Castelo el riesgo de impagos es moderado, por el momento.
“No creemos que lo haga de una manera muy severa. Los bancos están mucho mejor preparados que en el momento del estallido de la crisis financiera. En la actualidad el ratio de impagados se situó en junio en el 3,88%, uno de los niveles más bajos desde 2008”.
Por todo ello, aunque a priori puede ser positivo e incluso algunas entidades se pueden beneficiar de ello y trasladar estos beneficios en mayores subidas bursátiles, no hay que descuidar los riesgos mencionados. A los que además también hay que añadir otro aspecto negativo. “Y es que, ante la expectativa de que el BCE retire su QE, las primas de riesgo de la periferia repuntarán y esta circunstancia tiene un impacto negativo en las cotizaciones de la banca, sobre todo en aquellos bancos más expuestos a la deuda soberana del país, cuestión que tiene especial impacto en Italia, pero también en otros países como España”, concluye el analista.