El mundo está cambiando hacia un tipo de inversión más sostenible y responsable. Las gestoras se están haciendo eco de estas tendencias a través de las cuales los inversores pueden apostar por la generación de retorno, pero con una filosofía más ética. Marc Bindschandler, Client Portfolio manager en Vontobel AM, explica las alternativas bajo estos criterios.
Para comenzar, ¿por qué cree que es importante invertir bajo criterios ISR?
Hay diferentes razones que podemos resumir de una manera: el mundo está cambiando muy rápido en diferentes aspectos y nos enfrentamos a retos como el cambio climático, escasez de recursos... y estos problemas son ahora más visibles, más globales y hay que buscar soluciones para ellos. En términos de impacto en las compañías, ellos tienen que afrontarlos y esto los hace más relevantes para los inversores. Esto es algo que empezó a cambiar hace 10-15 años y actualmente con internet y las redes sociales, todo el mundo puede estar informado y esto hace que la gente tenga más interés en este tipo de temas. Retrocediendo a hace 20 o 30 años era casi imposible que alguien supiera que una compañía en China amenazaba a sus empleados o que les explotaba en alguna fábrica de Indonesia, pero actualmente es totalmente distinto. Lo puedes ver con tus propios ojos e informar a los medios de comunicación. La gente quiere que estas malas prácticas cambien.
Por tanto, ¿cree que el mundo debe avanzar hacia este tipo de estrategias de inversión?
Tenemos que tomarnos estos problemas en serio y como he mencionado anteriormente, el mundo quiere tomárselo en serio.
¿Hay falta de información financiera en este sentido?
Probablemente no porque hay bastante investigación a nivel universitario. Si se analizan todos los temas ISR hay más datos y hay muchos más documentos sobre el impacto financiero de los valores ISR que hace 20 años, pero por supuesto nos ayuda a mejorar nuestras estrategias implementar factores ISR en nuestras estrategias de inversión. Por ejemplo, hace 10 años era imposible medir los beneficios para una cartera porque no había una metodología, no había demasiados datos. Actualmente, puedes obtenerlos para casi todas las carteras. El mundo está cambiando realmente en este aspecto.
¿Cómo construye su cartera teniendo en cuenta estos criterios?
MTX no solo es un fondo ISR. Podemos comercializar el fondo como ISR pero también como mainstream y ISR es sólo uno de los cuatro elementos que tenemos en nuestro proceso. Esto también significa que la ISR marca la diferencia. Por ejemplo, muchos fondos que aplican ISR lo hacen al principio del proceso, por lo que ellos determinan su universo desde una perspectiva ISR, qué es suficientemente sostenible para invertir. Creemos que no es bueno iniciar el proceso de inversión con la ISR porque esta no es un buen indicador de rentabilidad, hay una correlación positiva entre estos criterios y rentabilidad financiera pero no es lo suficientemente buena como para filtrar las mejores rentabilidades. Para eso hay métricas mejores como el ROE. Si se utiliza este enfoque al principio del proceso es un enfoque más ético, más orientados a valores. Por tanto, lo realizamos en una fase más adelante del proceso, al final. Una vez identificamos una compañía que lo está haciendo bien en términos de criterios financieros, criterios de competitividad, de calidad... posteriormente analizamos los criterios ISR.
Ustedes invierten principalmente en mercados emergentes, ¿ve más potencial en estas regiones teniendo aplicando la ISR?
Sí, si pensamos en los mercados emergentes es más importante, es obvio. Si se analiza China, que es el mayor país emergente, hay un sistema político diferente, sus ciudadanos también piensan de forma distinta y el Gobierno es la autoridad para todo. Y se están produciendo cambios en estas regiones. También, si se analizan las perspectivas medioambientales, están sufriendo mucho por la elevada polución, y tiene que cambiar. El gobierno chino está reaccionando muy rápidamente respecto a estos temas. Por ejemplo, ellos están empezando a cerrar las fábricas que no cumplen los estándares medioambientales o a endurecer la regulación. Para las compañías esto significa que tienen que cumplir con la nueva regulación o si no, tienen que afrontar las consecuencias para su negocio, si les cierran la fábrica no pueden continuar produciendo. Por tanto, el impacto es aún más elevado en los países emergentes que en los desarrollados.