El mercado de deuda vuelve a acaparar las miradas de los inversores. Desde hace semanas se venía registrando una brusca caída de los intereses de la deuda hasta llevar al bono español a mínimos del 0,20 por ciento. Un movimiento repetido en toda Europa y que se hizo especialmente llamativo cuando el bund alemán superaba por primera vez en su historia la cota del -0,40 por ciento, que es el nivel fijado por el BCE en su tasa de facilidad de depósito, es decir, lo que se cobra a los bancos por tener el dinero aparcado en el organismo. Esta cota nunca vista coincidía con la designación de Christine Lagarde para suceder a Mario Draghi en la presidencia del banco central Europeo, frente al nombre del alemán Jens Weidmann.

Ahora, el cambio en el comportamiento de la deuda tiene que ver con que ahora han variado las expectativas de que el FED sea agresiva en sus rebajas de tipos este año. Todo después de que el último dato de paro en el país, el del mes de junio, haya mostrado mayor fortaleza de la esperada.

A media sesión, el interés del bono español a diez años se coloca en el 0,394 por ciento, con una prima de riesgo que se sitúa en 77,1 puntos básicos.