La elevada inflación, las tensiones geopolíticas y la incertidumbre económica deberían haber aupado el precio del oro en este 2022, pero no ha sido así. El metal dorado no se ha comportado como valor refugio en lo que llevamos de año, es más su cotización ha caído a mínimos de los últimos 24 meses. El motivo de ello hay que buscarlo en la fortaleza del dólar tras las subidas de tipos que está realizando la Fed, que han apreciado a la principal divisa del mundo, algo que perjudica sobremanera al metal precioso.

Si se mira al próximo año, lo cierto, y a pesar de esa posible recesión, es que las perspectivas no son optimistas. “El precio del mercado se ha moderado durante la mayor parte de 2022, en consonancia con nuestras expectativas de subidas de los tipos de interés, mientras que la fortaleza del dólar estadounidense seguirá presionando el precio a la baja. Esperamos que los precios del oro se moderen a largo plazo una vez que los riesgos geopolíticos disminuyan y que el ciclo de subidas de tipos de interés continúe”, concretan los expertos de Fitch Ratings.

En cuanto al precio, hay diversos pronósticos para los analistas. Pero, en el caso de Bankinter, sitúan al metal en los 1.750 dólares por onza. Mientras que, en una encuesta realizada por Reuters a diferentes analistas e inversores profesionales, situaron el precio de la onza en los 1.762 dólares, frente a los 1.875 dólares esperados por los mismos expertos en la anterior encuesta.

¿Y el petróleo?

La otra materia prima que preocupa es el Brent, su precio ha sufrido oscilaciones fuertes en lo que llevamos de año por la invasión de Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia. El barril, que ya comenzó alcista el año, se disparó superando los 120 dólares. Sin embargo, el miedo a la recesión hizo que volviera a caer por debajo de los 100 dólares, e incluso 90 dólares.

Por el momento, hay que tener en cuenta la sorprendente decisión de la OPEP+, que ha decidido recortar en 2 millones de barriles diarios la producción para regresar a niveles pre-bélicos. Así las cosas, habría que observar si la producción es suficiente para suplir la demanda, ya que muchos países han visto mermar sus reservas este año.

“Tal decisión parece difícil de justificar en lo fundamental. En efecto, la situación de la oferta en el mercado del petróleo se ha relajado últimamente, pero el almacenamiento en las partes visibles, incluidas América del Norte y Europa, sigue estando por debajo de lo normal. El trascendental desvío de la cadena de suministro de petróleo de Rusia de Europa a Asia ha causado menos pérdidas de las que se temían, la producción de petróleo de esquisto está en auge y la demanda está estancada. El mercado del petróleo no sufre un excedente. Los precios actuales del petróleo están por encima de su ancla a largo plazo, neutra desde el punto de vista del ciclo, que situamos en torno a los 65 a 75 dólares por barril”, comentan desde Julius Baer.

En cuanto a las perspectivas, la encuesta de Reuters sitúa al barril de Brent en el entorno de los 93 dólares para el próximo año. Mientras que Goldman Sachs elevó su previsión a los 108 dólares, Morgan Stanley lo subió hasta los 100 dólares y JPMorgan lo ve, incluso, en los 150 dólares.