Desde el pasado viernes 11 de febrero, el Gobierno estadounidense ha incrementado la alerta sobre una posible invasión de Rusia sobre Ucrania. De hecho, son varios los gobiernos occidentales que están pidiendo a sus representantes abandonar Kiev. Sin embargo, todavía hay esperanza en la diplomacia. Además, creen que, de suceder, debería ser en periodo estival, […]
Desde el pasado viernes 11 de febrero, el Gobierno estadounidense ha incrementado la alerta sobre una posible invasión de Rusia sobre Ucrania. De hecho, son varios los gobiernos occidentales que están pidiendo a sus representantes abandonar Kiev. Sin embargo, todavía hay esperanza en la diplomacia. Además, creen que, de suceder, debería ser en periodo estival, ya que sino Rusia perdería su poder sobre la Unión Europea en cuento a la amenaza de la dependencia energética.
Pero, lo cierto, es que los mercados se están mostrando bajistas y entrando en fases de pánico debido a esta tensión en la frontera ucraniana y al inicio de un posible conflicto armado que implicaría a Occidente. “Las tensiones geopolíticas podrían seguir elevando los precios de la energía haciendo de la inflación un problema más duradero de lo esperado”, advierte Joaquín Robles, analista de XTB.
La situación sigue siendo complicada. Y es que Rusia ha negado en repetidas ocasiones que planee un ataque, pero continúa con más de 130.000 soldados en la frontera con Ucrania. Los servicios de inteligencia norteamericanos informaron de maniobras del ejército ruso para invadir Ucrania eminentemente. El conflicto está lejos de resolverse, ya que, en las negociaciones diplomáticas, no se están tratando los puntos de fricción. Rusia quiere que se le otorgue un veto efectivo sobre los cambios importantes en Ucrania, en contra de la gran mayoría de la población de Ucrania, que prefiere unirse a Occidente.
“Otorgar tales poderes sería un suicidio político para Zelenskiy, quien lucha por impulsar el crecimiento económico y frenar la corrupción, por lo que Ucrania necesita una “perspectiva muy clara” sobre sus posibilidades de entrar en la OTAN en 2022. Por su parte Moscú también quiere que EEUU se comprometa a prohibir la entrada a la OTAN a los estados ex soviéticos como Ucrania y Georgia y se niegue a hacer uso de su infraestructura militar o a desarrollar vínculos bilaterales de defensa con ellos”, comenta Robles.
Por el momento, su efecto en el mercado es un repunte en la volatilidad de la renta variable. Pero, podría hacer que los bancos centrales, y en especial el Banco Central Europeo, tuvieran que actuar anticipadamente para frenar la inflación derivada de un aumento de la energía. Al mismo tiempo, el petróleo, que ya está en máximos de 7 años podría rebasar los 100 dólares por barril, según los analistas, si el conflicto va a más y no se busca una solución.
Que 2022 va a resultar un año muy distinto a 2021 es algo que, a estas alturas tan tempranas del nuevo ejercicio, pocos analistas de mercado dudan ya. De hecho, en las últimas semanas, estamos asistiendo a una serie de cambios muy relevantes en el entorno geopolítico y en la percepción del riesgo de mercado. Cambios, por cierto, con fuerzas que pueden retroalimentar algunas debilidades macroeconómicas.
“En este contexto hay que enmarcar los movimientos del mercado de las sesiones del pasado viernes y del lunes 14: la clara subida de la valoración de renta fija (es decir, caídas de rentabilidades) actúa como activo refugio ante el temor de un posible conflicto con Ucrania y a despecho, de momento, de las presiones inflacionistas. Por el contrario, la renta variable retrocede, al menos hasta la apertura estadounidense, por estos mismos miedos a un recrudecimiento de las tensiones militares y políticas con Rusia”, comenta Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía.
¿Cómo afecta a los mercados el conflicto entre Rusia y Ucrania?