La inversión mediante los ETFs está creciendo cada vez más. Incluso en un momento como el actual, estos activos domiciliados en Europa han registrado entradas netas valoras en 17.400 millones de euros, según informa el último estudio de Lyxor. En total, los activos bajo gestión en la industria europea de ETFs es de 830.000 millones […]
La inversión mediante los ETFs está creciendo cada vez más. Incluso en un momento como el actual, estos activos domiciliados en Europa han registrado entradas netas valoras en 17.400 millones de euros, según informa el último estudio de Lyxor. En total, los activos bajo gestión en la industria europea de ETFs es de 830.000 millones de euros. Dicho esto, marzo de 2020 fue uno de los pocos meses en los que los ETF se enfrentaron a salidas, ya que los inversores europeos vendieron activos de riesgo de sus carteras. Aunque, los inversores volvieron a esta clase de activos cuando los gobiernos y los bancos centrales empezaron a estimular las economías de todo el mundo.
Este estímulo dio lugar a un aumento de los mercados de valores y a una caída de los tipos de interés. Dicho esto, las entradas en los ETF no pudieron compensar el rendimiento negativo de los mercados subyacentes, ya que el patrimonio bajo gestión ha pasado de los 870.000 millones de euros de euros el 31 de diciembre de 2019, a 830.000 millones de euros al cierre de junio, tal y como indican desde Lipper. Como se ha indicado anteriormente, la disminución de 40.000 millones de euros en el primer semestre de 2020 se debió a la evolución negativa de los mercados subyacentes (-57.400 millones de euros), mientras que las entradas netas aportaron 17.400 millones de euros a los activos gestionados.
Lo más curioso es que están creciendo, de manera exponencial, los ETFs que invierten bajo los criterios Ambientales, Sociales y de buen Gobierno corporativo (ASG). Los activos globales invertidos en ETFs de ESG se han acelerado durante los últimos dos años. Según ETFGI, a finales de 2017 se invirtieron 17.000 millones de dólares en estos productos. Esta cifra se incrementó a 22.000 millones de dólares en el año siguiente, pero el rápido crecimiento de estos activos comenzó realmente en 2019, ya que casi se triplicaron hasta alcanzar los 58.000 millones de dólares a finales de año.
Una de las preguntas que más se hacen los inversores es cómo se puede combinar la gestión pasiva y la inversión con criterios ASG. Normalmente, este tipo de inversión suele requerir una gestión activa para elegir aquellas empresas que están cumpliendo con los objetivos ambientales, sociales y corporativos.
“Nuestro enfoque para integrar los criterios ASG es a través de la innovación en la elaboración y los criterios de selección de los índices que sustentan nuestros productos. Clasificamos los índices sostenibles en diferentes grados de verde, dependiendo de su objetivo ASG. Cuanto más verde sea el índice, más estrictas serán las reglas en torno a las exclusiones y, en algunos casos, también en la selección de las mejores empresas de ASG de su categoría, como es el caso de la metodología del MSCI SRI 5%, que hemos seleccionado para varios de nuestros productos”, cuenta Nina Petrini, Responsable de Gestión Pasiva y ETF en UBS AM Iberia.
Por su parte, Pedro Coelho, responsable de Société Générale para Lyxor ETF en España y Latinoamérica, explica que: “Aunque muchos inversores en ASG utilizan un enfoque de selección activa de acciones, los enfoques de inversión pasiva (basada en índices) son muy adecuados para el ASG. Los índices que subyacen a las estrategias pasivas de ASG pueden utilizarse para expresar una variedad de enfoques de inversión diferentes, como la integración de ASG, las convicciones sobre la sostenibilidad o los objetivos temáticos. Las estrategias de inversión pasiva han democratizado el acceso a los mercados financieros a un bajo coste, características que son totalmente coherentes con un enfoque en los objetivos de ASG. Y tanto los enfoques de inversión pasiva como los de ASG se basan en datos”.
Los ESG son activos que replican índices y, por tanto, no tienen capacidad de excluir a empresas de un índice. La labor de las gestoras que ofrecen estos productos consiste en saber qué tipo de selectivos utilizar. “Un primer paso sería hacer un análisis para ir eliminando aquellos valores relacionados con compañías como las de armas o el tabaco, así como las empresas que no cumplen los principios de cumplimiento del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que es más bien un análisis basado en normas”, comenta Petrini. La experta también explica que en segundo lugar se eliminan aquellos valores con peor calificación ASG.
Una de las estrategias que siguen desde Lyxor es el MSCI ESG Leaders, en el cual MSCI, el principal proveedor mundial de índices de referencia puede utilizar como punto de partida el universo MSCI World para analizar todos los constituyentes del índice y clasificarlos de acuerdo con 37 criterios ASG para, como objetivo final, asignarles una puntuación entre AAA y CCC. Este rating se usará para crear distintas carteras, de acuerdo con las metodologías elegidas.
Tanto la inversión socialmente responsable como los ETFs se suelen relacionar con la renta variable. Pero lo cierto es que, cada vez hay más productos que apuestan por estos activos, pero en la renta fija. Casi el 80% de las soluciones pasivas con criterios ESG actualmente disponibles son de renta variable. No obstante, el número de ETF de renta fija con criterios ESG se ha duplicado en último año, lo que pone de relieve la necesidad de integrar los factores ESG también en la renta fija a medida que los reguladores aumentan su presión sobre otros sectores de la industria.
Debido a este aumento de la demanda, las gestoras se están apresurando a sacar nuevos activos al mercado. Es el caso de Amundi, la mayor gestora de Europa, que acaba de anunciar la creación del ETF AMUNDI INDEX EURO AGG SRI UCITS ETF DR –EUR, que proporciona a los inversores una solución innovadora y sostenible de inversión en renta fija denominada en euros que abarca tanto los mercados de bonos gubernamentales como corporativos. “Este nuevo lanzamiento demuestra nuestro compromiso para cumplir con la creciente demanda de los inversores de soluciones pasivas con criterios ESG. La exposición Euro Aggregate es una parte esencial que completa la gama de ISR para permitir a los inversores construir una cartera de inversión responsable diversificada y a medida de sus objetivos individuales”, comenta Fannie Wurtz, Directora de Amundi ETF, Indexing and Smart Beta.
En un momento en que los inversores están haciendo balance de su posicionamiento táctico y estratégico, los ETFs están desempeñando un papel fundamental en unas carteras cada vez más orientadas a los criterios ESG. “Hemos observado un crecimiento récord en nuestra gama sostenible y seguimos concentrados en estructurar la oferta más exhaustiva e innovadora de ETFs que siguen criterios ESG para satisfacer las necesidades de los inversores y anticiparnos a estas”, comenta Stephen Cohen, responsable de iShares para la región EMEA en BlackRock.
MSCI estima que 180.000 millones de dólares fueron asignados a sus índices ESG entre 2014 y el segundo trimestre de 2019. Se ha observado una notable evolución en el enfoque de la inversión de algunos grandes propietarios de activos. Por ejemplo, instituciones como Swiss Re en Suiza o AP4 en Suecia han cambiado toda su política de índices de referencia a los índices de ESG.
“No prevemos una desaceleración de esta tendencia alcista. El espacio del ESG-ETF es todavía relativamente pequeño comparado con el mercado general y creemos que el cambio de activos a favor de las soluciones de sostenibilidad continuará. A finales de abril de 2020, la cuota de productos ESG de renta variable era sólo del 6% en comparación con el mercado europeo general de ETF de renta variable. Sin embargo, al observar la entrada de dinero nuevo neto, los fondos de ESG Equity reunieron el 50% del dinero nuevo que fluyó hacia los ETF de renta variable durante el período de abril de 2019 a abril de 2020”, añade la responsable de Gestión Pasiva y ETF en UBS AM Iberia.