Primero fue Evegrande el gigante inmobiliario chino que ha quedado en entre dicho tras asegurar que no podía hacer frente al pago de los intereses de unos bonos que vencían en septiembre. Con una deuda de 300.000 millones el mercado comenzó a tambalearse tras estos anuncios. Sin embargo, la compañía ha comenzado a deshacerse de […]
Primero fue Evegrande el gigante inmobiliario chino que ha quedado en entre dicho tras asegurar que no podía hacer frente al pago de los intereses de unos bonos que vencían en septiembre. Con una deuda de 300.000 millones el mercado comenzó a tambalearse tras estos anuncios. Sin embargo, la compañía ha comenzado a deshacerse de activos para poder hacer frente a los pagos de la deuda a cortos plazo, ya que el Gobierno chino no está por la labor de salvar a la empresa, sino todo lo contrario. La idea de Xi Jinping, tal y como anunció en un plan a principios de año, es sanear la economía y no intervenir en las empresas altamente endeudadas.
Sin embargo, tras Evergrande ha llegado Fantasía Holdings, que aunque no está entre los grupos inmobiliarios más grandes de China sí muestra la crisis que está viviendo el sector. El pasado 4 de octubre la empresa no pudo abonar el vencimiento de una deuda de 177 millones de euros y puso, de nuevo, en sobre aviso al mercado. “La deuda de las empresas como porcentaje del PIB está cerca del 100% a nivel mundial. Es decir, se encuentra a niveles tan altos como los de la deuda pública (105%) y muy por encima de la de los hogares (65%). Esto tiene implicaciones importantes, incluso para China y las rentabilidades de los bonos”, señala Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.
Es evidente la crisis del sector inmobiliario en China, pero según los expertos no será un Lehman 2.0 ni generará grandes convulsiones en el mercado. “El sector inmobiliario es pequeño en los mercados de valores de China (aproximadamente el 2% de la mayoría de los índices). La desaceleración económica aumenta la posibilidad de que veamos más medidas de flexibilización de las políticas en áreas no específicas del sector inmobiliario (política monetaria más flexible, gasto en infraestructuras) en los próximos meses. Y, en última instancia, la fecha más importante en el horizonte es el Congreso del Partido a finales del próximo año, cuando el presidente Xi Jinping buscará un tercer mandato. Antes de esto, es muy probable que se tomen medidas para garantizar un resultado sin problemas”, comentan desde Allianz GI.
Por su parte, Thomas Hempell, Jefe de Análisis Macro y de Mercado, y Elisa Belgacem, Estratega de Crédito, Generali Investments, también confían en la actuación del Gobierno de Xi Jinping, no tanto para salvar a estas empresas, sino para evitar que la crisis sea peor y se traslade a otros sectores. “La crisis de Evergrande ha aumentado el riesgo de enfriar demasiado el sector inmobiliario, de gran importancia económica, pero Pekín se esforzará por evitar cualquier efecto indirecto mayor”, aseguran los expertos.
Sin embargo, lo cierto es que el gigante asiático tiene, con mucho, los niveles de deuda corporativa más altos del mundo, pero ha experimentado la segunda reducción más grande desde el año pasado, ya que la economía se recuperó y las autoridades endurecieron los controles del sector inmobiliario: su política de “tres líneas rojas”. “Creemos que China tiene las herramientas para gestionar esto, con una tasa de ahorro muy alta, controles de capital, bancos de propiedad estatal y la mayoría de la deuda en divisa local”, explica Laidler.
¿Qué lectura hacen los expertos de la crisis de Evergrande y su impacto en los mercados?
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