El pasado 24 de febrero Rusia hizo estallar la cierta estabilidad geopolítica invadiendo Ucrania generando múltiples derivadas económicas con esta decisión. El coste de la energía se ha disparado, su efecto en la inflación es todavía desconocido y la escasez de algunos productos están presionando a las empresas, entre otros efectos menos visibles. A lo […]
El pasado 24 de febrero Rusia hizo estallar la cierta estabilidad geopolítica invadiendo Ucrania generando múltiples derivadas económicas con esta decisión. El coste de la energía se ha disparado, su efecto en la inflación es todavía desconocido y la escasez de algunos productos están presionando a las empresas, entre otros efectos menos visibles. A lo largo de estas semanas, se ha hablado del impacto en la economía europea, en la estadounidense o en la china, pero se ha puesto menos foco en los mercados emergentes como conjunto. Pero, no hay que olvidar cómo afecta la guerra de Ucrania a los mercados emergentes para tener un mayor control de los riesgos e, incluso, para poder encontrar algunas oportunidades de inversión.
El primer punto es el de la inflación. La inflación se encuentra en máximos de 40 años en Estados Unidos y también en España, algo que afecta sin duda a los países emergentes. “Para los países emergentes con menor renta, la energía y los alimentos suelen representar una parte mayor de los índices de precios al consumo (IPC). India es especialmente vulnerable, ya que los alimentos representan más del 50% de la cesta del IPC. Para muchos países emergentes, la proporción de la cesta del IPC se sitúa entre el 20% y el 40%”, señala Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes de Schroders.
A grandes rasgos, un aumento de la inflación a nivel mundial también supone un freno al consumo, que repercute en que los países emergentes exporten menos a los países desarrollados. Un efecto dominó claro fruto de la economía globalizada. “Esta mayor inflación va a erosionar el poder adquisitivo de los consumidores de los mercados emergentes y las empresas tendrán una capacidad limitada para repercutir estas grandes subidas de precios. Esto ya se ha reflejado en la debilidad de los resultados de las empresas de consumo básico. En nuestra opinión, podría suponer un golpe importante para los beneficios de estas empresas. Además, crea problemas de seguridad alimentaria en los mercados emergentes más pobres y en los que son importadores netos de materias primas”, asegura por su parte Hervé Biancotto, Associate Portfolio Manager de Janus Henderson.
Además de la inflación, el hecho de que la Reserva Federal haya iniciado un proceso de endurecimiento de la política monetaria también afecta a los emergentes. Un dólar más fuerte, junto con un crecimiento económico más débil y una ralentización del consumo pone un escenario más difícil para estos países.
Una vez que se ha hecho un análisis más general, cabe poner la lupa más en detalle sobre cada país y sus derivadas. Ya que, la guerra de Ucrania a los mercados emergentes le puede afectar en algunos casos en signo positivo. Para los países que son importadores netos de energía, puede ser una mala noticia. Pero, los exportadores de productos básicos y los exportadores de carbón pueden salir beneficiados.
“Los exportadores netos de productos básicos pueden beneficiarse de los precios elevados y utilizar sus ricos suministros de materias primas para satisfacer las necesidades del mundo en los casos en los que se produzcan interrupciones. Por ejemplo, Rusia produce el 43% del paladio mundial, que se utiliza sobre todo en los catalizadores de los automóviles, mientras que el segundo proveedor de este metal es Sudáfrica. Rusia es también el tercer productor mundial de níquel, que se utiliza en las baterías de iones de litio que alimentan los vehículos eléctricos. Indonesia es el primer productor de este metal. Los principales países productores pueden compensar la escasez de la oferta, mientras que la escasez podría fomentar la sustitución”, señala Daniel J. Graña, CFA Portfolio Manager, Emerging Market Equity de Janus Henderson.
Algunos países emergentes de Europa han archivado los planes de eliminación del carbón, ya que esta fuente cuenta con una importante infraestructura existente que puede aprovecharse para satisfacer las necesidades a corto plazo. Muchas economías emergentes están naturalmente dotadas de este recurso y pueden beneficiarse del aumento de las exportaciones, como Indonesia. Si bien es posible que no cambie el destino neutro en cuanto a emisiones de carbono al que aspiran los mercados emergentes, sí podría cambiar el camino, ya que la atención se desplaza de los objetivos lejanos a la seguridad energética para el crecimiento económico a corto plazo. Con todo ello, la guerra de Ucrania a los mercados emergentes puede suponer una oportunidad para algunos países y sectores concretos.
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