En las últimas semanas, hemos asistido a tres procesos electorales que han influido en el comportamiento del mercado en América Latina y ahora una ola de protestas violentas está afectando a Colombia y amenazando la calificación de grado de inversión del país. Todo ello ha hecho países como Perú, Colombia, Ecuador y El Salvador se encuentren en el ojo del huracán.
En primer lugar, Perú se encuentra ante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que se presenta mucho más competitiva entre Castillo, de extrema izquierda, y Fujimori, del centro derecha. “Incluso si Castillo gana la presidencia, el riesgo de un rápido deterioro de los sólidos fundamentales macroeconómicos y las instituciones de Perú es relativamente bajo, ya que un Congreso dominado por la derecha limitaría su populismo. Vemos buenas oportunidades en el sector del petróleo y el gas de Perú”, asegura Carlos de Sousa, estratega de deuda emergente y gestor de Vontobel AM.
En cuanto a Colombia, según de Sousa, es probable que conserve su calificación de investment grade este año pese a las revueltas. Ya que el nuevo ministro de Hacienda se comprometió a defender la calificación aprobando una reforma fiscal más progresiva, pero de menor envergadura. Las violentas protestas obligaron al gobierno a retirar su anterior propuesta de reforma fiscal. Los bonos soberanos de Colombia en dólares han descontado parcialmente una rebaja de la calificación, pero los bonos en moneda local (coltes) ofrecen rendimientos más elevados, incluso después de cubrir totalmente la divisa.
El tercer país en discordia es Ecuador, cuyos bonos ofrecieron un rendimiento total superior al 40% tras la sorprendente victoria del candidato de la derecha Guillermo Lasso en las elecciones presidenciales de abril. “Las ganancias fáciles han quedado atrás, pero con un rendimiento del 8,7%, creemos que el soberano sigue ofreciendo un buen valor. Creemos que Lasso está bien posicionado para negociar un ajuste fiscal más gradual como parte del programa en curso del FMI, aunque reconocemos que la gobernabilidad será un reto”, asegura el estratega de Vontobel AM.
Por último, en El Salvador se ha visto un asalto al poder judicial que ha puesto en evidencia el autoritarismo del actual presidente, Bukele. Sin embargo, parece que esto no impedirá que no se siga adelante con el programa que ya se tenía pactado con el FMI. “Somos cautelosamente optimistas sobre los bonos de El Salvador a corto plazo, aunque reconocemos que el deterioro institucional más rápido de lo esperado ha reducido el atractivo de la inversión a medio plazo”, señala Carlos de Sousa.
2021-05-20 22:20:35