La gestión pasiva sigue de enhorabuena. Tal y como informan en ‘Morningstar’ los fondos de renta fija gestionados activamente han registrado salidas por valor de 32.500 millones de euros en Europa, mientras que los de la misma categoría gestionados de forma pasiva han acumulado entradas por 30.400 millones durante el 2018. Prueba de ello son […]
La gestión pasiva sigue de enhorabuena. Tal y como informan en ‘Morningstar’ los fondos de renta fija gestionados activamente han registrado salidas por valor de 32.500 millones de euros en Europa, mientras que los de la misma categoría gestionados de forma pasiva han acumulado entradas por 30.400 millones durante el 2018. Prueba de ello son los datos de Finizens, firma de gestión patrimonial automatizada, que ha logrado una rentabilidad de hasta un +4,7% por encima de la media del mercado desde enero de 2017.
“En el corto plazo, las rentabilidades suelen ser aleatorias. Sin embargo, invirtiendo de forma diversificada y disciplinada a largo plazo es cuando se cumple de manera consistente la relación de a mayor riesgo, más rentabilidad. En este sentido, recomendamos un horizonte de inversión de mínimo 7/8 años para que nuestra estrategia de inversión pasiva desprenda su pleno y verdadero valor”, señala Giorgio Semenzato, CEO de la compañía.
En el último año donde se dio la mayor disparidad fue en la renta fija, ya que la gestión activa sufrió un fuerte revés, mientras que la pasiva logró buenos resultados. Los fondos índices representan ya el 55% de los activos gestionados en instrumentos de renta fija pasiva, ya que disfrutaron de entradas por 16.300 millones. Por su parte, los ETFs de bonos consiguieron 14.100 millones de euros netos. Mientras que las salidas de fondos de bonos corporativos (tanto de alto rendimiento como de grado de inversión) fueron un denominador común para los productos activos y pasivos, los fondos de deuda pública en euros y en dólares estadounidenses fueron los grandes ganadores en el lado pasivo. “Esto indica que los inversores se inclinan cada vez más hacia productos baratos y pasivos cuando buscaban exposición a bonos gubernamentales en mercados de bajo rendimiento.”, explican en Morningstar.
Un ejemplo de gestión pasiva
Finizens combina la capitalización de mercado global, el crecimiento del PIB y el crecimiento de la población con un sesgo más favorable a Europa. De esta manera, se reduce el riesgo de las carteras para sus clientes exclusivamente residentes en Europa. “Estos pesos variarán lentamente con el tiempo, a medida que evoluciona la economía mundial y nuestros algoritmos se adapten a ella, de forma acorde para optimizar la eficiencia de los rendimientos para nuestros clientes. Además, gracias a nuestras funcionalidades de rebalanceo automático de las carteras, pretendemos que el asset allocation siempre esté alineado con el comportamiento de los mercados y ajustado acorde al perfil de cada uno de nuestros clientes”, concluye la firma.