La inflación en Estados Unidos ha aumentado un 7% a cierre de 2021, se trata de la mayor subida interanual desde el mes de junio de 1982. Más concretamente, en diciembre el IPC americano se elevó un 0,5% y ya suma un acumulado del 7% tras el repunte del 0,8% del mes de noviembre. Las […]
La inflación en Estados Unidos ha aumentado un 7% a cierre de 2021, se trata de la mayor subida interanual desde el mes de junio de 1982. Más concretamente, en diciembre el IPC americano se elevó un 0,5% y ya suma un acumulado del 7% tras el repunte del 0,8% del mes de noviembre. Las miradas se centran ahora en los bancos centrales, especialmente en la Reserva Federal y en las previsiones sobre la inflación de cara a los próximos años, ya que ha dejado de ser catalogada como un fenómeno “temporal” a causa de la reapertura económica a un problema “estructural”.
Los precios de los servicios -impulsados por los precios de la vivienda- tendieron a superar los promedios que vimos antes de la pandemia y ahora están en niveles similares a los de antes de la gran crisis financiera, en torno al 4% interanual. Los precios de los bienes de consumo duradero, una categoría muy afectada por la interrupción de las cadenas de suministro mundiales, aumentaron un 16,8% interanual; una cifra récord. Además, la inflación de los bienes no duraderos no se aceleró en diciembre, pero también se mantuvo en máximos (10,2%).
Los expertos, consideran que la inflación estaría cercana a tocar su pico en los próximos meses y, posteriormente, comenzaría a descender. “De cara al futuro, la inflación del IPC de EE.UU. podría alcanzar un máximo en los próximos dos meses antes de iniciar un descenso gradual en el segundo trimestre”, explica Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes. Aunque, también advierte de la dificultad de hacer un pronostico exacto debido a que a corto plazo la combinación de ómicron y de la política china de tolerancia cero tiene el potencial de intensificar y prolongar las interrupciones de la cadena de suministro mundial, lo que se traduce en presiones inflacionistas persistentes.
Por su parte, Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro se muestra más optimista al considerar que “los mercados estarán aliviados. La inflación es incómodamente alta, pero es probable que esté cerca de sus niveles máximos y que se reduzca gradualmente a medida que las cadenas de suministro se ajusten y el crecimiento económico se ralentice. Mientras que los inversores ya han pasado a valorar casi cuatro subidas de tipos de interés en EE.UU. este año”.
Con estos datos sobre la mesa, los pronósticos parecen indicar una subida de tipos en Estados Unidos para el mes de marzo, sería la primera desde diciembre de 2018. “De cara al futuro, parece que Ómicron dictará el destino de la economía en enero y, quizá, en febrero. Pero las indicaciones actuales sobre cómo se desarrolla la nueva variante sugieren que la Fed seguirá en camino de reducir su política monetaria acomodaticia, muy probablemente ya en marzo de este año, subiendo los tipos por primera vez desde diciembre de 2018”, advierten desde la gestora DWS.
Una visión compartida por la economista Tiffany Wilding de PIMCO, quien señala que “el informe del IPC de hoy se produce tras la caída de la tasa de desempleo de la semana pasada y confirma nuestras expectativas de que la Reserva Federal comience a subir los tipos en marzo y reduzca su balance a finales de este año”.
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