El metaverso es conocido ya como la tercera revolución de internet e implica a bastantes compañías que están trabajando en su desarrollo. El metaverso incorpora video, realidad aumentada y virtual. Además, se trata de una arquitectura compartida que permite que los bienes e identidades virtuales se muevan entre plataformas. El término tiene ya 20 años […]
El metaverso es conocido ya como la tercera revolución de internet e implica a bastantes compañías que están trabajando en su desarrollo. El metaverso incorpora video, realidad aumentada y virtual. Además, se trata de una arquitectura compartida que permite que los bienes e identidades virtuales se muevan entre plataformas. El término tiene ya 20 años y viene de la novela de ciencia ficción de Neal Stephenson Snow Crash, pero el desarrollo se está acelerando en la actualidad. Requerirá mayor capacidad de procesamiento y ancho de banda y mejoras en auriculares, gafas y smartphones.
“Las previsiones del tamaño del mercado reflejan esta enorme amplitud y su etapa inicial, de 800.000 millones de dólares hasta sumar billones. Las industrias que se verán impulsadas serán desde los videojuegos y la publicidad hasta el NFT y el lujo”, explica Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.
Por el momento, Facebook parece ser la principal impulsora, de hecho ha pasado a llamarse Meta por este mismo motivo. Zuckerberg, por ejemplo, afirma que el Metarverso es una Internet incorporada en la que estás inmerso en la experiencia, no sólo observándola. La cualidad que define al metaverso será la sensación de presencia, como si estuvieras allí mismo con otra persona o en otro lugar. “En el metaverso se podrá hacer casi todo lo que se pueda imaginar: reunirse con los amigos y la familia, trabajar, aprender, jugar, comprar, crear… así como vivir experiencias completamente nuevas que no encajan con la idea que tenemos hoy de los ordenadores o los teléfonos”, aseguró el CEO de Meta.
“Las empresas que tienen la visión de participar, habilitar o construir un metaverso futurista abren potencialmente mercados abordables que son difíciles de dimensionar hoy en día, pero que tienen el potencial de ser muy amplios en el futuro. Esto puede exigir inversiones cuantiosas que podrían lastrar los beneficios a corto plazo. Otras áreas, como las cuestiones legales y el panorama normativo, también tendrán que evolucionar para acomodar y promover un metaverso que funcione plenamente”, comentan desde la gestora Capital Group.
Por su parte, una muestra importante de la importancia del metaverso para las grandes compañías se ha dado con la última operación de Microsoft, que ha decidido adquirir Activision por 69.000 millones de dólares. “Nos enseñan que la clave para rentabilizar la tercera fase de la revolución digital es encontrar esas empresas más pequeñas por las que los grandes jugadores pagarán millonadas para contar con su tecnología y el “know how” de las que ellas carecen”, afirma Víctor Alvargonzález, socio fundador y director de estrategia de Nextep Finance.
Lo cierto es que contar con exposición a esta nueva tecnología puede resultar ventajoso en el largo plazo debido a que ahora se encuentra en una fase muy inicial. “De cara al futuro, la aparición y el potencial de crecimiento del ecosistema metaverso podrían generar un sinfín de atractivas oportunidades de inversión para los inversores a largo plazo. El impacto podría ser de gran alcance y transformador en muchas industrias. Es probable que esto no ocurra de la noche a la mañana, y que ninguna empresa llegue a dominar”, afirman desde CapitalGroup.
En cuanto a los productos, el único ETF metaverso que cotiza en Estados Unidos es el ETF Roundhill Ball Metaverse (META) de 900 millones de dólares, lanzado en julio. El vehículo ha tenido una rentabilidad del 5% desde entonces, con un rendimiento por debajo del NASDAQ.
Más allá de los ETFs, algunas empresas que pueden formar parte de este ecosistema son Facebook, ahora Meta; Apple, que ya ha comenzado a invertir en esta tecnología; y todas las empresas relacionadas con los videojuegos, el comercio electrónico, las pasarelas de pagos, algunas criptomonedas, las compañías de streaming como Disney o Netflix o las redes sociales, entre otros.
El metaverso made in Spain que desafía a Facebook