Los expertos coinciden en que la inversión ESG, que tanto se ha disparado en los últimos meses, ha llegado para quedarse. Y es que cada vez son más los inversores que pretenden usar su dinero, no solo para una búsqueda de rentabilidad clara, sino también para una apuesta por cuestiones climáticas, sociales y de gobierno […]
Los expertos coinciden en que la inversión ESG, que tanto se ha disparado en los últimos meses, ha llegado para quedarse. Y es que cada vez son más los inversores que pretenden usar su dinero, no solo para una búsqueda de rentabilidad clara, sino también para una apuesta por cuestiones climáticas, sociales y de gobierno corporativo.
Un mayor interés por la inversión sostenible
De hecho, según los datos que ha arrojado la XI Encuesta del Observatorio Inverco, donde ha preguntado a un amplio experto de gestoras que representan más del 92% del patrimonio total invertido en Fondos de Inversión, el 53% de las entidades consultadas tiene registrados Fondos que siguen esta línea de responsabilidad ESG.
“Para nueve de cada diez Gestoras, el inversor conoce la existencia, el objetivo y el valor de este tipo de Fondos, aunque el 55% lo circunscribe solo al inversor institucional”, puntualizan para agregar: “No obstante, dos tercios de las Gestoras de Fondos (67%) han notado un incremento en el interés de los partícipes, si bien la mayoría de las entidades no distingue por perfiles de inversión, aunque un 26% sí apunta a los inversores con un perfil equilibrado como los que más han incrementado su patrimonio en este tipo de vehículos”.
Por otro lado, el 42% de las entidades encuestadas sí que considera que este interés por la inversión más sostenible es el resultado de un mayor impulso desde las propias entidades. En estos datos, la generación de los millennials (la que actualmente está comprendida entre los 28 y los 40 años) es la más concienciada con la inversión ESG. Le sigue la de los centennials (de 18 a 27 años). “Para el 39% de las Gestoras, se trata de una tendencia que ya se había detectado un tiempo atrás, mientras que un 26% apunta al mayor interés que está despertando este tipo de inversiones en los medios de comunicación”, matizan.
Por su parte, Jaime Raga, responsable de relación con clientes de UBS AM Iberia, ha señalado que “estamos viendo una mayor concienciación por parte de los inversores en cuanto a la inversión sostenible. Así, hay un mayor interés por financiar el cambio hacia una economía con bajas emisiones de carbono, apoyar el crecimiento sostenible e inclusivo Y mejorar la gestión del riesgo de las carteras ante los retos del siglo XXI”.
Las diez tendencias que marcan las ESG en 2021
Raga, considera que “los procesos y desarrollos políticos fundamentales, como la COP 26 a nivel mundial o el enfoque de la nueva administración estadounidense sobre las cuestiones climáticas, ayudarán a fomentar el compromiso de los gobiernos, legisladores, inversores y gestores de fondos” y añade: “Creemos que, si se tienen en cuenta los factores de sostenibilidad, los riesgos y las oportunidades, los inversores pueden proteger sus carteras sin comprometer la rentabilidad”.
De esta manera, consideran desde la gestora que hay diez tendencias clave a la hora de invertir en ESG este 2021.
La primera está basada en el compromiso de los inversores, pues se espera que estos soliciten a las empresas mejores datos de sostenibilidad, así como planes de transición energética claros y cuantificable. “Esto acelerará la divulgación de información y los compromisos en 2021”, puntualiza Raga.
La segunda se centra en la inversión de impacto, ya que los nversores tienen en cuenta cada vez más las consideraciones ESG en su conjunto. “El siguiente paso es que los inversores se centren en las oportunidades de identificar y abordar los objetivos de sostenibilidad en áreas que van desde el cambio climático hasta la desigualdad o la atención sanitaria”, expresa el entendido.
El transporte eléctrico es la tercera tendencia de la lista, pues desde UBS AM Iberia consideran que el sector del transporte puede estar totalmente desarmonizado en el año 2040. “Muchos actores del sector piensan que nuestra previsión de que los vehículos eléctricos tengan una cuota del 40% de las ventas mundiales de coches nuevos en 2030 es demasiado alta; nosotros creemos que podría ser demasiado baja”, aclaran.
La gestora también es optimista en el cuarto punto, en red cero, donde según precisan “a medida que más países se fijan objetivos de emisiones cero para mediados de siglo, pensamos que será fundamental frenar y finalmente detener las nuevas inversiones en la economía fósil y, canalizar más inversiones hacia medidas de adaptación esenciales”.
Las Big Oil sería su quinta tendencia, donde no ven esa transición energética como un riesgo para las grandes petroleras, sino que la consideran “una oportunidad potencial para que se conviertan en parte de la solución. La transición energética puede requerir 1,1 billones de dólares de inversión al año, algo inconcebible sin las empresas actuales”.
El sexto punto tiene que ver con la diversidad y la inclusión, factores que pueden convertirse en clave para determinar el éxito o la caída económica de una empresa en la próxima década, según puntualiza Jaime Raga. “El año 2021 podría ser testigo de grandes avances al comenzar a cerrar la brecha de datos para medir la diversidad”, añade.
Las “carnes” de origen vegetal se prevé que alcance los 51.000 millones de dólares en 2025, algo que tal y como comentan, supone un aumento de 3 veces en la penetración en el mercado desde los niveles de 2019.
El octavo punto tiene que ver con las pruebas de estrés climático. “2021 será, probablemente, el año en que los inversores y las entidades financieras incorporen el análisis de la transición climática. Dentro de cinco años, algunos bancos centrales podrían intentar establecer impuestos de capital para el carbono, lo que tendría un profundo impacto en el coste del capital para los contaminadores”, explican.
Los datos sostenibles y la llamada revolución de la transparencia son los puntos noveno y décimo de la lista. En lo que respecta a los datos sostenibles, los principales proveedores de índices y empresas de datos de mercado se apresuran a crear o comprar ofertas de sostenibilidad. “La demanda de datos sobre sostenibilidad podría impulsar el tamaño del mercado de datos y servicios relacionados hasta superar los 5.000 millones de dólares en los próximos cinco años”, declaran.
Lo que han apodado como “la revolución de la transparencia”, se basa en que la carrera de las normativas que compiten entre sí ha terminado en una tregua -y colaboración- exigida por inversores y reguladores. “Los datos de sostenibilidad de mayor calidad, relevantes para la toma de decisiones y comparables están a la vuelta de la esquina”.