El oro es, sin duda, uno de los activos refugio por excelencia. El metal precioso sube cuando el resto del mercado atraviesa momentos delicados y se ve beneficiado de las políticas ultraexpansivas de los bancos centrales. “Las medidas de los bancos centrales motivan que los inversores y ahorradores se interesen más por el oro buscando […]
El oro es, sin duda, uno de los activos refugio por excelencia. El metal precioso sube cuando el resto del mercado atraviesa momentos delicados y se ve beneficiado de las políticas ultraexpansivas de los bancos centrales. “Las medidas de los bancos centrales motivan que los inversores y ahorradores se interesen más por el oro buscando una protección de su poder adquisitivo”, comenta Tomás Epeldegui, director general de Degussa España.
“Ante esta situación económica el oro toma protagonismo, ya que recogerá parte de esa incertidumbre sobre la evolución de la economía. Durante las últimas semanas el oro se ha enfrentado a la resistencia de los 1.800 dólares por onza, cerca de sus máximos históricos. Aunque podríamos ver recorte hasta la zona de 1.650 dólares, la tendencia sigue siendo claramente alcista”, comenta Joaquín Robles, analista de XTB.
¿Oro físico u oro papel?
Invertir en oro tiene varias vías, se puede hacer mediante ETFs, se puede hacer a través de fondos de inversión que inviertan en compañías del sector y se puede hacer comprando oro físico de manera directa. Las diferencias en estas tres formas son notables y están orientadas a inversores con diferentes perfiles.
En el caso de la inversión en oro mediante ETFs, lo que el inversor está comprando no es oro en sí, sino un activo financiero que replica la cotización del precio del oro. Es decir, no se es propietario de la materia prima. Además, en cuanto a la fiscalidad varía mucho comprar un ETF de oro, que comprar oro físico. En el primer caso, el inversor tendrá la misma fiscalidad que si compra una acción, es decir deberá pagar a Hacienda por ella una vez que venda el ETF. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que existe el riesgo divisa, ya que el oro cotiza en dólares y, por tanto, si el dólar se deprecia la rentabilidad también bajaría. Aunque, lo positivo de esta inversión es que es mucho más rápida y sencilla si un inversor quiere tener exposición a oro en su cartera.
En cuanto a los fondos de inversión, cabe señalar que son fondos que invierten en compañías dedicadas a la extracción y comercialización del oro. Es decir, es una manera muy alternativa de invertir en este sector. Además, en muchos casos suelen tener posiciones en otras compañías del sector de los metales de lujo.
Finalmente, en cuanto a la inversión en oro físico cabe señalar que es la más tradicional y consiste en comprar lingotes de oro. “Cuando compras oro físico eres propietario del metal, invirtiendo en un ETF lo que tienes es un derecho o una opción. Además, el valor del oro es intrínseco y no puede suspender pagos, mientras que los activos financieros sí”, comenta Epeldegui.
“El problema del oro físico es que se podrían encontrar con mayores problemas de liquidez que un activo financiero, además de los costes relacionados con el almacenaje, ya que debería estar en un lugar seguro. Respecto a los aspectos positivos, al ser un material, no siempre tiene asociado una titularidad del activo, por lo que lo puedes transmitir con una mayor facilidad”, explica Robles.
“El oro físico es una inversión de deposito de valor a largo plazo, la inversión a través de un ETF es una inversión especulativa en el corto plazo. Por eso, podemos decir que la inversión en oro físico es una inversión patrimonial, más que financiera. Si quieres tener una parte del patrimonio diversificado, si que es recomendable el oro físico. Aunque entiendo que en estos momentos el oro financiero puede ser una buena alternativa para tener la cartera en una posición defensiva”, concluye el director general de Degussa España.