El 12 de febrero China celebra su año nuevo, llamado el Año del Buey, y lo hará con buenas perspectivas macroeconómicas y de mercado. Los expertos señalan como “atractivas” las oportunidades que guarda el gigante asiático para este nuevo curso. “La solidez económica unida al crecimiento estructural tiene el potencial de impulsar los beneficios de las empresas chinas en el Año del Buey, ofreciendo a los inversores muchas opciones de crecimiento en las que invertir”, comenta Nicholas Yeo, director de renta variable china de Aberdeen SI.
Buena parte de este atractivo viene dado porque el PIB de China creció un 2,3% interanual el año pasado, siendo uno de los dos únicos países del G20 que registraron un crecimiento positivo en 2020. Las autoridades chinas consiguieron reducir drásticamente las tasas de infección del Covid-19, mientras sus responsables políticos estimulaban la economía. Este reinicio más temprano en relación con otras economías da a los inversores una mayor claridad sobre las perspectivas para los beneficios empresariales.
Además de la evolución macro, China comenzará el próximo marzo un nuevo plan quinquenal que se basa en tres pilares fundamentales. El primero se trata de una mayor expansión de la digitalización y el comercio electrónico. El segundo de una orientación consecuente de la economía china para reducir masivamente su dependencia de las cadenas de valor extranjeras en áreas estratégicamente importantes. En tercer lugar, el primer compromiso de dar prioridad a la lucha contra el cambio climático.
Acciones A y bonos
“Los mercados de renta variable se han comportado muy bien en 2020, liderados por los valores de crecimiento de los sectores de comercio electrónico e internet. En 2021, nos centramos más en valores cíclicos y value, donde vemos mayor potencial para este año. A medio plazo, consideramos que las empresas chinas de tecnología y comercio electrónico, así como las empresas de los sectores de educación y consumo, son muy prometedoras”, apuntan desde la gestora DWS. Además, aseguran que también ven oportunidades en los bonos, tanto soberanos como corporativos. “La rentabilidad de alrededor del tres por ciento de los bonos del Estado son un buen argumento en el actual entorno de bajos tipos de intereses. Además, consideramos que el riesgo de altas fluctuaciones monetarias es bajo”.
El total de impagos de bonos corporativos en 2020 podría ser mayor que en 2019, e impulsar el ratio de defaults de los bonos corporativos onshore de 2020 hasta más del 1,0% desde un 0,62% de 2019. Sin embargo, esta cifra sigue siendo inferior a la media mundial. Además, el riesgo es manejable y no supone una amenaza sistémica gracias a los abundantes recursos de los responsables políticos chinos. “Se trata de un progreso positivo a largo plazo para el desarrollo de un crédito sano en China, aunque con cierto dolor a corto plazo. Desde el punto de vista de los inversores, la volatilidad creada por el aumento de los impagos presenta atractivas oportunidades de compra para adquirir bonos de emisores fuertes a valoraciones baratas durante las ventas masivas de las últimas semanas”, apunta Sven Schubert, Director de Estrategia de Divisas, de Vontobel.
Finalmente, desde la gestora Allianz GI apuesta por las acciones A de China, que siguen beneficiándose de las tendencias positivas, que incluyen el creciente interés de los inversores y el nuevo gobierno estadounidense que puede reducir las tensiones. “En China, y Asia en general, preferimos los bonos de menor duración y los valores high-yield sobre los valores de grado de inversión”, concluyen.
2021-02-11 23:06:48