Diversificar una cartera de fondos de inversión para invertir con cabeza no es coleccionar fondos. No lo es pese a que estos fondos puedan ser los más rentables hasta el momento o los de más estrellas Morningstar. José María Luna, socio de Luna-Sevilla Asesores Patrimoniales, lo tiene claro y hace una comparación muy gráfica para […]
Diversificar una cartera de fondos de inversión para invertir con cabeza no es coleccionar fondos. No lo es pese a que estos fondos puedan ser los más rentables hasta el momento o los de más estrellas Morningstar. José María Luna, socio de Luna-Sevilla Asesores Patrimoniales, lo tiene claro y hace una comparación muy gráfica para explicarlo. “No es lo mismo la cocina de fusión que la cocina de confusión”. “No es tener un poco de cada cosa para intentar mitigar el riesgo en cartera”, señala. La diversificación tiene que ver con “estar en aquellos activos que creo que pueden aportarme más valor en cuanto a rentabilidad/riesgo siempre en función de mi perfil de riesgo, de mi plazo temporal y del importe que tengo pensado destinar a la inversión”.
Y aporta otro factor que, a su juicio es clave en todo esto: el uso de la arquitectura abierta. “Yo no puedo decir que voy a diversificar estando en varios activos de deuda y de bolsa y hacerlo con una misma gestora o con dos”. Defiende que hay que usar de forma adecuada la arquitectura abierta con la intención de buscar una descorrelación real. Una descorrelación que, incluso –según señala- puede ser la propia liquidez, “como vimos a finales del año pasado”.
No solo una gestora
Invertir de la mano de varias gestoras es una idea que defiende también Juan Manuel Vicente Casadevall, consejero de Fondos Directo. Por aquello tan manido en el mundillo inversor de “no poner todos los huevos en la misma cesta” y también por evitar cualquier eventual susto. “Al final el fondo es un producto financiero gestionado por una gestora y depositado en una entidad financiera. Y siempre puede haber algún problema en esa gestora, en el banco depositario o en el auditor”, recuerda. De modo que “por lo que por un simple sentido de diversificación de riesgos operacionales no tiene sentido tener concentrado todo el patrimonio financiero de una persona en uno o dos fondos, de una o dos gestoras”. Y eso a pesar de que puedan ser buenos fondos y de que tengan una nutrida cartera. De ahí que apunte a que “ para evitar riesgos innecesarios, tiene sentido diversificar a nivel de producto: tener varios, unos 5 o 6”.
Exposición global
A partir de ahí, el consejero de Fondos Directo recuerda que estar en un producto como el fondo de inversión es de por sí una garantía de diversificación de activos. “No se suele hablar mucho de ello, pero la regulación UCITS ( pasaporte europeo para gestoras y fondos) obliga a las gestoras a tener una diversificación mínima”. A saber, no pueden tener más de un 10 por ciento en una sola posición y “en la práctica, hasta los muy concentrados tienen, como poco, 20 o 25 posiciones por ley. Eso es una buena medida”.
Y un aspecto más: el geográfico. Juan Manuel Vicente es un defensor del tema global. “El mundo en el largo plazo crece y siempre es interesante estar expuesto a crecimiento del mundo y no tener sesgos concentrados en España o en la zona euro, por ejemplo, porque si pasa algo en esas regiones podemos estar durante años con malos resultados”. En una inversión diversificada y global, la incertidumbre se reduce.