El PIB español cerró 2016 con un crecimiento del 3,2% en tasa interanual, en línea con los pronósticos del Banco de España y con la previsión enviada por el Ejecutivo a Bruselas, según los datos provisionales publicados por el INE. Sin embargo, el Gabinete de Presidencia no acertó en el cálculo difundido hace escasas semanas que situaba el crecimiento de la economía en el 3,3%. El avance vino impulsado por una evolución intertrimestral del 0,7% en el último periodo del año, en la misma proporción que en trimestre anterior y una décima por debajo del crecimiento experimentado durante los seis primeros meses. 
El impulso de la actividad española en tasa interanual fue del 3% durante los últimos tres meses del año, dos décimas por debajo del trimestre anterior y cuatro respecto al primer semestre. La tendencia fue la opuesta en 2015, cuando el crecimiento progresó del 2,7% a comienzos del ejercicio hasta el 3,6% del periodo final. Con este avance en positivo, España acumula ya doce trimestres consecutivos creciendo. La tasa de crecimiento global del periodo 2016 es la misma que la de 2015, y hasta 1,8 puntos porcentuales superior a la de hace dos años. Atrás quedan las tasas negativas que registró la economía española durante los años de crisis, un -1,7% en 2013 y un -2,9% en 2012.
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