Naturgy ha registrado un beneficio neto de 490 millones de euros en los nueve primeros meses de 2020, que suponen un descenso del 45,6% con respecto al mismo periodo anterior, como consecuencia de la pandemia. Con todo ello, desde la compañía se muestran optimistas y aseguran que mantienen compromisos para este ejercicio, marcado por la crisis sanitaria y económica, así como por un escenario energético “adverso”, en el que se ha producido una “acusada” caída del precio de las materias primas. 

En este contexto, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha registrado una reducción del 16,6%, hasta los 2.772 millones. Excluyendo elementos no recurrentes, el ebitda ordinario se ha situado en los 3.002 millones, con una bajada interanual del 12,1%, a causa de las “condiciones de mercado y la evolución negativa” de los tipos de cambio en Latinoamérica (-151 millones). Por su parte, el beneficio neto ordinario del periodo también ha descendido un 30,9%, hasta los 696 millones. 

Según precisan en una nota, la depreciación de algunas divisas de América Latina también ha repercutido en la cuenta de resultados de la cotizada. En concreto, esto ha tenido un efecto negativo de 151 millones en el ebitda ordinario consolidado del grupo y de 38 millones en el beneficio neto durante este periodo. 

“La COVID-19 continuó impactando en los resultados del tercer trimestre que, si bien registró una leve recuperación de la demanda de energía en todas las geografías, se vio afectado por el nuevo marco regulatorio y la menor remuneración en distribución eléctrica en España”, subrayan. En este sentido, reconocen que la desaceleración de la actividad económica ha afectado de manera significativa en la evolución de la demanda de electricidad y gas a nivel mundial. En concreto, la caída promedio en España del consumo de luz y gas al comparar con el periodo del año anterior ha sido del 6.6% y del 8%, respectivamente. También ha ocurrido lo mismo en las regiones latinoamericanas en las que opera el grupo encabezado por Francisco Reynés. 

De su lado, entre enero y septiembre se han realizado inversiones por valor de 827 millones de euros, destinadas en su mayoría a proyectos de energías renovables. La cifra es un 26,2% inferior a la contabilizada en septiembre de 2019, cuando el monto ascendía a 1.120 millones de euros. “La compañía confirma que continuará con sus planes de inversión en renovables y mantenimiento de redes previstas para el ejercicio, pese a las restricciones de la crisis”, inciden, al tiempo que destacan el progreso de “manera rápida” en sus planes de desarrollo renovable tanto a nivel nacional como internacional. 

En este ámbito, son reseñables los dos acuerdos obtenidos en Australia, que les permitirán aumentar en más de un 50% su presencia en este país. El primero de ellos es un parque eólico de 218 MW, ubicado en el estado de Victoria, que comenzará a operar en la segunda parte de 2022. Por su parte, el segundo es una adjudicación de un parque eólico de 107 MW y un sistema de almacenamiento de energía por batería de 20 MWh a tarifa regulada y que comenzará a operar también a partir del segundo semestre de 2022. 

De su lado, Naturgy también se encuentra ultimando permisos de varios proyectos renovables en esa zona, que podrían suponer el desarrollo de más de 400 MW de capacidad adicional y aumentar en más de un 150% su capacidad instalada actual. Esto le convertiría en uno de los productores independientes de energía eólica “más importantes” del país. Con una cartera de proyectos de 600 MW en Australia, la firma aspira a convertirse en uno de los principales operadores de renovables allí en los próximos tres años, con una capacidad total superior a los 1,3 GW. 

DIVIDENDO 

Pese a la pandemia, la energética ha avanzado que seguirá con su política de remuneración al accionista. En este periodo, Naturgy completó el pago en efectivo de su primer dividendo a cuenta para 2020 por importe de 0,31 euros por acción y anunció un segundo pago de 0,5 euros por acción para el próximo 11 de noviembre. 

Ante la situación económica y social actual han indicado que esta política beneficia a más de 100.000 pequeños accionistas “que han apostado por la compañía como una inversión de creación de valor y liquidez”. 

A 30 de septiembre, la deuda neta también se ha reducido un 3,5%, pasando de los 15.268 millones a los 14.727 millones, que confirman su apuesta por “una equilibrada gestión de los recursos financieros”.