Teletrabajo, asistencia presencial o formato híbrido. Con el surgimiento de nuevas fórmulas en las empresas, en ocasiones se ha puesto en duda si estas pueden influir desfavorablemente en la productividad de los empleados. Para Agustín Peralt, mentor y profesor universitario, esto no tiene por qué ser así y dependerá de diferentes circunstancias como el tipo […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 05 nov 2021
Teletrabajo, asistencia presencial o formato híbrido. Con el surgimiento de nuevas fórmulas en las empresas, en ocasiones se ha puesto en duda si estas pueden influir desfavorablemente en la productividad de los empleados. Para Agustín Peralt, mentor y profesor universitario, esto no tiene por qué ser así y dependerá de diferentes circunstancias como el tipo de tareas que se realizan, las posibilidades existentes en cada hogar, la personalidad de cada individuo o, incluso, el tiempo que cada uno lleve en su puesto.
En este escenario, el experto afirma que el objetivo final consiste en que cada uno pueda disponer de “su mejor versión”, para lo cual, propone analizar cuáles son los principales impedimentos que encuentran las personas para alcanzar la eficiencia en su trabajo. Peralt considera que dedicamos infinidad de horas a hablar sobre si híbrido sí o no, mientras que la verdadera pregunta debería de ser: ¿cuándo vamos realmente a aprender con método y técnicas a ser realmente efectivos?
“Hay una ironía en nuestro modelo educativo y es que hemos dedicado cientos de horas a aprender materias como historia, geografía, matemáticas y, en cambio, ninguna o muy pocas sobre técnicas de organización y efectividad personal”, explica mientras añade que esta dinámica continua en la etapa laboral: “Posteriormente, como profesionales completamos másteres y formación de todo tipo y, esta, la dejamos olvidada”. Por ello, una de las principales ausencias que detecta en las jornadas laborales es la dedicación de tiempo al estudio de todas aquellas acciones que podrían ayudarnos a mejorar.
Teniendo en cuenta esta reflexión, a la hora de aumentar la productividad, el profesor aconseja llevar a cabo un proceso de cambio personal en el que se deben de tener en cuenta aspectos relacionados con cómo ganar tiempo y recursos en cada caso; cómo aprender a priorizar; cómo planificar la agenda para que esté lo más alineada posible con las prioridades o cómo crear hábitos y rutinas que permitan adaptar esta dinámica de forma prolongada.
En segundo término, propone dirigir este conocimiento en paralelo hacia un “proceso de autoconocimiento y autorreflexión sobre dónde están nuestras áreas de mejora”, con el objetivo de definir una nueva fórmula de trabajo con todo lo aprendido. En este punto y siguiendo la tesis de su libro Lidérate en el que explica que a los trabajadores no les faltan horas, sino que les sobran distracciones, alerta sobre los “robatiempos y malos hábitos”. Y, para corregirlos, sugiere tener en cuenta tanto la motivación y la fuerza de voluntad, como el control sobre el entorno. Por su parte, el último paso consistiría en introducir los cambios de manera paulatina: “No podemos transformar de golpe 20 formas de trabajar”.
Unido a estas ideas y teniendo en cuenta el escenario laboral en el que nos encontramos, el experto también se inclina por destacar la importancia de alcanzar un equilibrio entre la vida personal y la profesional, ayudándose de los buenos hábitos. En este sentido, afirma que esto “depende mucho más de uno mismo de lo que creemos”. Por ello, aquí cobra especial importancia la organización para que, de esta manera, la mejor versión de cada persona sea la que va a trabajar y, también la que existe en su vida una vez finalizada la jornada.
Los últimos acontecimientos han puesto en evidencia la importancia de estar preparado ante cualquier cambio: “Nadie nos cuenta de pequeño que la vida es difícil y que nos van a venir muy malos momentos, ya sea en forma de pandemia, de un jefe con el que no nos logramos entender o con que tu sector se complica y tu trabajo es realmente complicado durante mucho tiempo, sin olvidar la parte de problemas personales. Y lo que es evidente es que el nuevo entorno económico es y será complejo”.
¿Y esto que supone? Para Peralt la respuesta son altas dosis de estrés y complejidad en el trabajo. Ante esto, comenta la importancia de potenciar la resiliencia, de forma que, además de ser efectivos, la clave también está en “definir tu propósito personal y profesional, construir un entorno que te apoye y ganar fortaleza mental”, independientemente de si el momento laboral del trabajador es complicado o no.
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