En el escenario actual en el que la incertidumbre se ha convertido en un elemento protagonista, Ángel L. Estrella, autor del libro Y ahora, ¿qué hago?, apuesta por poner el foco en la adaptación a los nuevos entornos, teniendo en cuenta que los trabajos evolucionan constantemente y muchos de los que existen en la actualidad, […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 05 ago 2021
En el escenario actual en el que la incertidumbre se ha convertido en un elemento protagonista, Ángel L. Estrella, autor del libro Y ahora, ¿qué hago?, apuesta por poner el foco en la adaptación a los nuevos entornos, teniendo en cuenta que los trabajos evolucionan constantemente y muchos de los que existen en la actualidad, “posiblemente” en unos años se habrán transformado. Para lograrlo, en una entrevista con DIRIGENTES subraya la importancia que las personas deben de darle a la adquisición de nuevas competencias, sin dejar de lado el conocimiento y la experiencia acumulada a lo largo de toda su trayectoria profesional.
¿Cómo debemos adaptarnos profesionalmente a la transformación social vivida desde la llegada de la COVID-19?
A ciertas edades, al ver la rapidez de los cambios y la importancia que está adquiriendo todo lo relacionado con Internet y las redes sociales, podemos desanimarnos y pensar que todo lo que hemos hecho y nuestra formación no valen para nada o que no vamos a ser capaces de adaptarnos. Pensar eso sería un gran error. Hay mucho que aprender, sin duda, pero también es verdad que la experiencia en el trato con las personas y el conocimiento de un determinado sector son esenciales. En resumen, debemos poner en valor nuestra experiencia, si bien sin perder la perspectiva de que debemos adaptarla para que siga siendo válida en el momento actual y que eso va a requerir mucha formación y capacidad de adaptación.
A nivel operativo, en este nuevo entorno donde el teletrabajo ha cobrado tanta importancia, debemos ser conscientes de la necesidad de fijar unos horarios y aprovechar para conciliar. No caigamos en el error de estar conectados 24 horas, ya que eso puede afectar muy negativamente a nuestra vida familiar. Sin olvidar, por supuesto, que las reuniones presenciales siguen siendo vitales para mantener la cohesión entre los equipos.
¿Cuáles son los aprendizajes más importantes que se han extraído de la pandemia en el entorno laboral?
Sobre todo, creo que nos ha hecho darnos cuenta de la fragilidad de muchas de nuestras fuentes de ingresos. Ahora somos más conscientes de que en cualquier compañía tenemos una espada de Damocles que puede caer en cualquier momento en forma de despido. Y lo más triste es que nuestra continuidad, en general, no depende de nuestro rendimiento, sino de factores como reestructuraciones, políticas de empresa o cambios en el mercado que se escapan de nuestro control.
Si tenemos la fortuna de disfrutar de un buen empleo, lo más inteligente es hacer todo lo posible para mantenerlo, pero sin dejar de buscar alternativas y complementos, ya que si hay algo cierto en este nuevo contexto es la inestabilidad.
¿Qué importancia tiene la flexibilidad en contextos de incertidumbre como el que estamos atravesando?
Es esencial. Ya no vale el mantra de “estudia una buena carrera para encontrar un buen empleo”, ni pensar que con lo que sé voy a poder adaptarme a todo. Es imprescindible seguir formándose y ser consciente de que muy posiblemente el tipo de trabajo que desarrolle dentro de unos años se parecerá muy poco al que tengo ahora. La buena noticia es que la formación es mucho más barata y accesible. Es posible realizar magníficos cursos online por pocos centenares de euros, algo que sería impensable hace un tiempo.
En el libro destaca el emprendimiento como una herramienta para superar situaciones adversas. ¿Es un buen momento para iniciar un nuevo proyecto?
Creo que en este nuevo entorno hay que abrirse a más opciones y eso, por supuesto, puede incluir emprender. Que sea un buen momento o no depende de muchos factores: el sector, nuestros conocimientos, contactos, etc., pero, sobre todo, de si vemos alguna necesidad de la gente que no esté cubierta y que nosotros sí que podamos satisfacerla.
Para tener éxito recomendaría, en primer lugar, ser consciente de que va a ser un trabajo muy duro y, posiblemente, con muchos altibajos que va a exigir una gran perseverancia y, además, que conozcamos el sector en el que nos movemos. En otras palabras, la actitud es condición necesaria, pero no suficiente. Nuestra formación y conocimiento del mercado en el que vayamos a movernos son también indispensables.
¿Cómo propone trabajar en la superación de nuestros miedos, la perseverancia y la confianza en nosotros mismos? ¿Son herramientas imprescindibles para salir fortalecidos de las crisis?
Al enfrentarnos a nuevos entornos, es normal que surja el miedo. Nuestra capacidad intelectual no es constante, sino que está muy afectada por nuestro estado anímico. Si tenemos miedo, se produce un efecto denominado “secuestro amigdalino”, que hace que nuestra parte más racional del cerebro reciba poco riego sanguíneo y que solo podamos reaccionar como un animal asustado. Es esencial que logremos salir de ese estado y, para ello, podemos utilizar estrategias como las que emplean los Equipos de Tierra, Mar y Aire de la Armada de los Estados Unidos (US Navy SEAL), tales como hablarnos positivamente, el control de la respiración, rodearnos de gente que nos apoye, que no nos critique cuando fallemos y, sobre todo, darnos cuenta de que, independientemente de lo que ocurra a nuestro alrededor, siempre somos libres de escoger nuestra respuesta. Ahí es donde debe estar nuestro foco.
Si somos capaces de mantener a raya nuestros miedos, tendremos todos nuestros recursos cerebrales disponibles y eso aumenta drásticamente la posibilidad de tener éxito. Además, es difícil que tengamos una confianza alta en nosotros mismos cuando nos enfrentamos a situaciones que nunca hemos vivido y en las que, por lo tanto, no tenemos experiencias previas que nos permitan saber, a priori, qué hacer o si vamos a ser capaz de superarlas.
Puede surgir la tentación de esperar al momento perfecto, pero nunca llegará. Debemos poner nuestra confianza en que vamos a tener una perseverancia tal que cuando algo no salga bien, aprenderemos y volveremos a intentarlo de manera diferente. Ese debe ser el foco de nuestra confianza, ya que ser perseverantes sí que depende solo de nosotros.