El ya fallecido Steve Jobs dijo en una ocasión: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuesta es 'no' durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”. Al margen de las horas de sueño, las personas dedicarán la mayor parte del tiempo al trabajo, de ahí que su elección resulte trascendental en la vida. Más allá de la motivación individual de cada uno, hay otro factor fundamental que determina las ganas de levantarse cuando suena el despertador por las mañanas: sentirse realizado. Aunque esto no siempre ocurre. 

Con el paso de los años, aquel puesto que deseaba con todas sus fuerzas -y consiguió- le ha acabado quemando o simplemente considera que ya no puede aportar más a la organización. Ya no hay retos ni nada nuevo que aprender. Todas las semanas se repite la misma tónica y la rutina se hace cada vez menos llevadera. Si usted, querido lector, ha llegado a esta línea y se siente identificado con todo lo escrito, puede que haya llegado la hora de buscar un nuevo empleo. Para comprobar si realmente necesita este cambio o no, la compañía emergente StudentFinance ha recopilado las cinco señales inequívocas de que es el momento de dar un giro a su carrera. 

No es el trabajo que anhelabas

Las tareas que uno desempeña están estrechamente vinculadas con el desarrollo personal. En ocasiones, las circunstancias conducen a tomar decisiones que les desvían de sus metas y, con ello, olvida el camino que verdaderamente quería seguir. Ante esta situación, los expertos recomiendan echar la vista atrás para recordar cómo se veía en el futuro, así como las motivaciones o habilidades personales que posee, con el objetivo de detectar si realmente su función dentro de la empresa le hace feliz. 

No se siente valorado

Al igual que en la vida personal, tener la sensación de que aprecian y valoran lo que usted hace también es importante en el trabajo. El reconocimiento de los logros anima a seguir adelante para llevar a cabo la siguiente tarea con energía. En caso contrario, cuando alguien considera que está infrautilizado y no puede tener más peso en las decisiones o resultados de una compañía, la desmotivación comenzará a apoderarse del trabajador. 

No hay posibilidades de crecimiento

Cuando se trata de elegir un puesto de trabajo, hay que tener en cuenta aspectos como el aumento de las responsabilidades, las condiciones de promoción interna y mejora de las mismas con el paso del tiempo. Saber que puede desarrollar su carrera y formación en ese lugar permite enfrentar el futuro con optimismo. Sin embargo, esto no sucede cuando se es consciente de que ha llegado al límite de sus posibilidades, lo que desemboca en una sensación de estancamiento. 

Horarios imposibles

La mayor parte del estrés y el agotamiento mental tienen su origen en jornadas de trabajo interminables. El exceso de falta de tiempo libre provoca un desgaste psicológico general que se traslada a todos los ámbitos de la vida. Aunque la gran mayoría de las organizaciones respetan (o, al menos, lo intentan) el horario laboral, es importante que adopten medidas para favorecer la conciliación personal y laboral, sobre todo en el momento actual, en el que el teletrabajo parece haber difuminado el derecho a la desconexión digital.

Cultura empresarial diferente a sus valores

Puede parecer algo secundario, pero no lo es en absoluto. Tan importantes son todos los factores citados con anterioridad, como el hecho de que la misión y la visión del grupo para el que trabaja se ajusta a su forma de ver la vida. Esto incluye la manera de hacer las cosas, los procesos, las relaciones internas, creencias y comportamientos de todos los integrantes de la plantilla. Si el ADN de la empresa no le sirve de guía y fuente de inspiración para evolucionar personal y profesionalmente, sencillamente no podrá explotar todo su potencial ni dar lo mejor de sí mismo.